Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Las iconoclastas

 

 

COLETIVO QUALQUER / SOBRE EL RETORNO Y EL HABLA.

Conversaciones con Ibon Salvador y Luciana Chieregati.

Segunda parte.

 

Por Camila Téllez

 

 

 

C: Últimamente, han ido desplazando su investigación hacia otros espacios como al teatro (GAG) o a salones de casas (Lecturas irreparables), lugares muy diversos entre sí, donde lo que se pone de manifiesto es toda la complejidad que la convención social e institucional significan. Es como un gesto político de retorno muy significativo, donde reaparece de alguna manera, la escala de la maqueta que supone lo escénico, sobre todo en el teatro. ¿Cómo experimentan este cambio de escala-lugar en el proceso de creación?

 

Luciana: La vuelta al teatro con GAG se produce justamente porque nos damos el espacio de preguntarnos, desde ahí sí que podemos estar en ese lugar. No se trata de cuestionarnos sobre las convenciones del teatro porque este ya no es lo que solía ser, no es ese tipo de cuestionamiento, sino más bien, de pensarlo como pensaríamos cualquier otro espacio. Claro que tiene su historia y entra en una cuestión que puede ser considerada autorreferencial respecto a la historia de la danza, a esa relación tan establecida. Elegimos exactamente esta relación para poder volver a preguntar y a la vez desplazar el lugar, pero solamente por eso y no por una revolución del teatro, ni por una reivindicación de ese espacio.

Ibon: De tu pregunta, a mí me viene el gesto de escritura que es hacer graffitis en las calles, o el gesto de escritura igualmente político que puede ser escribir libros, o escribir en una revista orientada a cierta manera de pensamiento. Digamos que ahí donde tú hablas del retorno y de la maqueta, de lo que se trata es de volver a un formato. Así como el graffiti es un cuerpo textual que genera interrupciones visuales en la calle, se pueden elaborar esas mismas cuestiones en un libro o en un teatro, no como crítica a ese espacio, sino sencillamente, porque también se puede preguntar desde el interior de los formatos, y porqué no, en un salón leyendo un texto.

Ahora, son circunstancias de vida que te hacen querer abordar una situación frontal, con quién te estás desafiando a dialogar en este momento en particular y problematizar cuestiones, de ahí surge GAG, y anteriormente hubo un trabajo que podría considerarse como su boceto, Sobre las cosas que no se pueden hablar, que era una primera aproximación a una frontalidad y a situar también esa relación con el público y ver que problemas surgían de ahí y que políticas. Porque me parece muy correcto cuando hablas de gesto político, es algo que envuelve muchas trayectorias artísticas de creación y la nuestra en particular. Digamos que no es por nada que uno de los textos de las Lecturas irreparables que se leen en salones es Todos para Uno y Uno para Todos, otro es acerca de personas que se juntan en un salón y salen a manifestarse juntas desde ese salón y a esparcirse por la ciudad. Hay una dirección política que no quiere entrar en la obviedad pero que está muy presente.

 

 

C: Hay un impulso que en algún momento y por circunstancias, como tú dices, los hizo salir en búsqueda de una espacialidad, a habitar un exterior de determinada manera, y ahora, hay un movimiento retrogrado, más interior tal vez, de volver a esos espacios convencionales, en el sentido de que son los “lugares de” ¿qué pasa en ellos?

 

L: He tenido una conversación con Rosa Casado, y una de las cuestiones que han aparecido es acerca de ¿a quiénes quieres tú preguntar? Porque yo no creo, por ejemplo, que todos los trabajos sean para todo el “público” entre comillas, yo creo que eso es imposible. Entonces esa consciencia de a quién quieres preguntar, también ayuda a elegir o a direccionar cada trabajo a cada espacio.

En trabajos anteriores, las inquietudes que teníamos no las elaborábamos como pregunta, mirando hacia atrás, la investigación iba a otra dirección, más que la coreografía, nos interesaban los flujos espaciales, las atmósferas, qué es lo que se dice, qué es lo que se entiende, y en este sentido, nos interesaba la diversidad del público y otros lugares de relación. Y por ejemplo GAG, viene con cuestiones muy concretas hacia el teatro y sobre todo hacia la gente que va a ver danza. Propone una pregunta sobre qué es lo que creemos que vemos cuando se mueve un cuerpo, o qué es lo que creemos que este cuerpo nos está queriendo decir. Pone en cuestión todas esas cosas que una persona que va al teatro le interesa, porque se está desplazando a un espacio teatral a ver algo que de alguna manera le va a interpelar y a proponer una relación.

 

 

C: ¿GAG pone en cuestión su propio lenguaje, su propia expresión?

 

L: Sí, claro. El cuerpo de GAG está casi siempre muriéndose. El cuerpo de GAG está todo el tiempo teniendo que decirse “continúa”, está al borde de caer al abismo. Ese cuerpo existe en riesgo, porque no afirma, en vez de afirmación es pregunta.

 

 

C: Ese cuerpo que se siente en riesgo de muerte, decide que su manera de exhibirse es el teatro. El retorno a ese lugar es de una solemnidad casi funeraria. La solemnidad espectacular que tienen ese tipo de instituciones, como el museo o el teatro. Entonces es un lugar muy pertinente para que un cuerpo así, agónico o naciente, se manifieste. Es una manera muy sensible de relacionarse con esa espacialidad. De asumir la autoexposición del cuerpo del artista como “precario” en su frontalidad con el público.

 

L: También creo que ahí hay una cuestión porque en esa frontalidad, las luces del teatro están al máximo. Quien está delante del cuerpo que se mueve ahí, ve todo. No hay artificios. No hay trabajo de luces, no hay ilusión. Entonces, en esa vuelta al teatro todo se ve.

 

 

C: Claro. Es como una paradoja, el teatro sin teatralidad, sin ocultamiento, el teatro sobrexpuesto en el sentido más convencional de este.

 

L: Yo nunca había pensado en eso, pero la expresión caja negra me gusta por eso. Cuando me preguntan qué tipo de espacio, ya no digo teatro sino directamente caja negra. Lo que veo es un espacio negro donde voy a poner cosas dentro, no esa teatralidad o lugar de ilusión, veo arquitectura.

 

 

 

GAG. Presentado por primera vez en Teatro Pradillo, Madrid, 2014.

Foto: Camila Téllez 

 

 

C: Y volviendo a la medialidad de los cuerpos en relación con estos otros espacios de escenificación que han ido ocupando, están los salones en casas para lecturas. Lugares más íntimos donde la escritura y lectura están en diálogo directo y cercano con la mirada del espectador. En este caso, parece haber una rearticulación -si se prefiere- que va desde la palabra hacia el gesto habitual o habituado de la mirada, ya que venimos hablando de la frontalidad y en este caso es muy diferente. ¿Qué nos podrían contar acerca de la escritura y medialidad en este caso?

 

I: Lo que se intenta es diluir al performer como figura central de la escena. La atención se centra en la escena misma, que es el lugar de lectura. Se sublima hacia un imaginario común, que es también con lo que GAG juega, con lo que vemos y con lo que imaginamos que vemos. Dónde estamos y dónde podemos imaginar que estamos en cuanto leemos un texto de ese lugar. Y luego hay ejercicios textuales que también ponen en conflicto lo que entendemos de un texto, de una frase. Digamos que hablando de Lecturas irreparables, nos podríamos centrar más en la última lectura de salón, ya que esa juega más explícitamente con incluir a las personas que escuchan el texto, dentro del texto. El texto del salón convoca a un público a un salón y habla sobre el encuentro de unas personas en un salón y cómo es que llegan a este, cómo están en ese tiempo que dura la lectura, cómo estarían y cómo estarán en un futuro, porque se juega con los tiempos verbales constantemente. La palabra está diciendo y duplicando la situación constantemente en el texto escrito y leído.

 

 

C: Ese acto de lectura es una manera de dirigir la mirada y tiene mucho de cinematográfico, de cómo la lectura hace que el espectador se re-sitúe en ese lugar, requiere de un público que debe dejarse llevar por ese espacio íntimo.

 

I: Viniendo también de la danza y de lo coreográfico, todos estos componentes de lo escénico, del aparecimiento de una dramaturgia, todos esos elementos con los que el salón, junto con el texto, va rodeando y creando una situación de “ayuda” para que la gente esté dentro, toda la primera mitad del texto es simplemente entrar, se entra dos veces de hecho, luego está la fase de sentarse, de acomodarse, de ir rodeando, que es un movimiento muy mío en la danza y de mi manera de escribir, doy vueltas…

 

 

C: Ir en ficción y de repente, volver  a la realidad…

 

I: Exactamente. Y cuando parece que se ficciona demasiado, se vuelve a colocar las cosas es su lugar y a las personas en sus asientos. Hablando de lo cinemaográfico, hay momentos en que el plano de la mirada vuelve a recorrer el salón y a citar elementos que están ahí, donde el público está sentado, como el color del sofá o la apertura de una ventana, unas tazas, los títulos de algunos libros …y eso te vuelve a situar y recordarte que la ficción está aquí mismo en ésta realidad. La realidad está construida de ficciones, si no estamos tan a gusto en ella, si estamos incómodos, volvamos a ficcionarla para que nos lleve a otro lugar. Luego para finalizar, se utiliza un recurso que lo relaciono con una línea de fuga, como si en esa ficción-realidad, hubiese un algo que romper. Y esa fuga no es solos, es una huida conjunta. Volviendo al gesto político que también lo tiene el teatro: el estar juntos. Como en GAG, la palabra también es un código común y la idea es elaborar desde ese código común.

 

 

 

 

Lectura irreparable. Salón de casa particular, Madrid, 2014.

Foto: Camila Téllez 

 

 

C: …es interesante pensar que la finalidad de un encuentro sea la fuga, la huida, se vuelve un acto liberador, como si la intención de juntarse sea la de disolverse en grupo.

Y ya fugándonos para finalizar…una pregunta que tiene que ver con el colectivo mismo, para volver a amalgamarlos. Parece ser que dentro de la organicidad y plasticidad que están generando como Coletivo Qualquer, las singularidades de Luciana e Ibon, también cohabitan independiente y relacionalmente en ese hacer colectivo. Esto es muy interesante y complejo, y no deja de resonar el nombre con el que han denominado esta colectividad. ¿Cómo sienten que se desarrolla, crece, muta esta entidad colectiva cualquiera?

 

L: Yo creo que desde un principio fue curioso pensar el colectivo, porque somos sólo dos. Siempre ha estado la idea de que el colectivo somos nosotros dos y la gente con la que nos hemos juntando para hacer un trabajo. Sofía Neuparth estuvo en todo el principio, después ha venido Mariana Santos, después Nuno Torres, y cuando él se ha ido ha llegado Esti Olabarri, y cuando se ha ido Esti hemos estado con Camila, con Rosa, con Idoia, con Luisa, y se van. De repente está sólo Ibon y sólo Lu separadamente, y después nos volvemos a encontrar, y ahora está Isaak Erdoiza. Entonces, desde el principio ha estado esa cosa de ponerle un nombre a una relación y tenerla ahí, para que ella pueda desarrollarse desde diferentes prismas y maneras. El colectivo siempre ha sido eso, un colectivo de gente que se adhiere, de gente que se va; nosotros dos como figuras más permanentes, pero aún así, lleno de momentos de desencuentro, como el año pasado en que cada cual se dedicó a ese lugar más de singularidad y en que hemos hecho como una bifurcación. Ahora estamos en ese momento de rencontrarnos otra vez en las prácticas, en los intereses, trabajando con otras personas también, con Isaak Xak y Esti Olabarri en un nuevo proyecto llamado OVER, porque el colectivo está hecho de ayudantes, somos todos ayudantes el uno del otro. Pusimos un nombre porque es algo que ayuda a identificar y a creernos que hay una realidad de algo que se construye, es así y nos gusta que así sea.

I: Luego hay algo que parte de una relación clara con la filosofía, que tiene que ver con el “ser cualquier” del libro de Agamben. Si un colectivo es cualquier, no puede ser uno. Hay una cuestión ahí hasta de la teoría de los conjuntos, sobre qué es una cosa y qué es su nombre en sí. Trae una incertidumbre, porque no decidimos ponerle colectivo de danza Qualquer, no determinamos el área, pero esa indeterminación la tomamos de una lectura filosófica profunda del lenguaje y de la terminología que hace Agamben, cualquiera es un ser que puede ser, que no tiene para qué definirse como masculino o femenino o bailarín o coreógrafo, ni de izquierdas o derechas, ni musulmán, ni cristiano, etc. No tiene que definirse pero políticamente no es indiferente, porque en esos tránsitos de continua determinación o indeterminación, no es indiferente de lo que hace. Te permite transitar por distintos lugares y formatos, de la calle al salón o al teatro. Se mantiene algo pero que no es una identidad.

 

 

 

Proceso de trabajo para pieza OVER, Espacio Punto de Fuga, Bilbao, 2014.

Foto: Camila Téllez 

 

 

C: No. Es más bien una entidad, un tipo de cuerpo abierto que permite flujos de otras singularidades, de pensamientos, tendencias o “maneras de”. Se percibe una manera de pensar lo colectivo como una emergencia o cambio continuo, en ese sentido creo que es una propuesta muy generosa, y por lo mismo, crea espacialidad…y aún da para caber más.

 

I: Esa entidad vista como red creciente, la mayoría de las veces no se ha mantenido. Las fuerzas centrífugas y centrípetas siempre vuelven a Lu e Ibon, a los dos, y aunque es fundamental, el sueño siempre a sido que esto esté abierto y hacemos un gran esfuerzo en que así sea. Y aunque estamos en una entrevista, quería preguntarte yo a ti, cuando dices que podría abrirse más, si es que te refieres a que ya tiene esa apertura para que se siga abriendo y donde la vez, porque a veces abrir mucho también es peligroso.

 

C: Lo veo como que hay una manera de dejar fluir, una manera que está en crecimiento.

 

I: Creo que eso se ve en el hecho en que nosotros hallamos abierto un espacio entre nosotros dos. Luciana realizando un solo con GAG y yo con lo de las lecturas. Una apertura que nunca nos habíamos permitido hacer a la hora de una presentación. Luego a la hora de trabajar con otras personas, sí. Pero el movimiento de este último año y medio, como dice Lu, de estar cada uno en la función de ayudante del otro, no como colaborador, sino que en un segundo plano y abrir un espacio en medio.

 

C: …y que continúe siendo colectivo de esa manera, en ese distanciamiento el uno y del otro, ese espacio que queda entre, sigue estando habitado. Es una manera muy interesante de pensar la colectividad para crear y en la vida.

 

L: Para terminar, yo quería proponer un juego, del cual tú también puedes participar, porque has vivido esta última fase con nosotros. Se trata de decir los nombres de la gente que ha estado con nosotros como colectivo…empieza así:

Coletivo Qualquer: Idoia Zabaleta, Alex Campos, Amaranta Krepschi, Bernardo Fernandez, Lincon Diniz, Ines Ferreira, Renata HArdy, Vivian Chieregati, Sofía Neuparth, Esti Olabarri, Eneko Zabalo, Isaak Erdoiza, Eduardo Zallio, Camila Téllez, Ignacio De Antonio, Luisa Castro, Rosa Casado, Carlos Marquerie, Paulina Chamorro, Natalia Burgeño, Lisa Nelson, Steve Paxton, UniPop…, Fernando Ramalho, Fabio Zanoni, Bernardo Chatillon, Sofía Asencio, Ixiar Rosas, Carolina Campos, Naiá Delion, Marcia Lança, Silvia Pinto Coelho,  Jubert Arrais, Helena Katz, Grasiele Sousa , Caio de  Andrea, Fernando Monteiro, Victor Vigneron, James Newiit, Iria, Nuno Torres, Michel Foucault, Giorgio Agamben, Giles Deleuze, Bojana Cvejic, Isabel de Naverán, Olatz de Andrés, Itxiar Madariaga, , María de Nazaret, Seu Carlos, …

 

 

Muchas gracias, Luciana e Ibon...

 

Coletivo Qualquer:  Muchas gracias a ti...

 

 

Primera Parte

 

 

 

Coletivo Qualquer. Formado por Luciana Chieregati (BR) e Ibon Salvador (País Basco). Tiene como foco de investigación, la danza como práctica y teoría que caminan en la misma dirección, entendiendo las diferenciaciones como posibilidades de nuevos entendimientos, a partir de la creación de redes e hibridaciones. Seu Vicente Residêncis Artísticas fue su casa, donde fueron residentes permanentes y porteros durante dos años. Formaron parte del equipo artístico y de formación de C.E.M. (centro em movimento) en Lisboa. Terminaron el Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual de la Universidad Castilla-La Mancha en colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, La Casa Encendida, CA2M y AZALA Espacio. Actualmente viven y trabajan en Bilbao.

 

www.coletivoqualquer.blogspot.com

www.walkingandtalkingblog.wordpress.com

Escáner Cultural nº: 
179

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