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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Evolución de la Belleza

 

Tacones altos. Tacones cercanos.

 

 

Por: Ximena Jordán. ximejordan@gmail.com

 

Los primero taconcitos

Comienzo el artículo de este mes haciendo una alusión a una película del director español Pedro Almodóvar llamada Tacones Lejanos, la cual toma por escena el mundo del travestismo y por ende, incluye personajes ocupando esta tan codiciada prenda: los zapatos de tacón. O simplemente, tacones, como les decimos en México.

      Si bien es cierto la moda de adquirir y utilizar este elevado tipo de calzado está muy arraigada en el género femenino de nuestro occidente contemporáneo, los orígenes de esta práctica no son occidentales, ni pertenecen a las mujeres. Remontándonos a su historia, fueron los guerreros persas quienes primeramente fabricaron y ocuparon zapatos con “algo” de tacón, en el siglo XV de nuestra era. Lógicamente, considerando el terreno arenoso en el cual desplazaban los persas, estos zapatos no fueron creados para caminar por tierra, sino exclusivamente para andar y pelear a caballo. Un zapato de pequeño tacón era el ideal para que estos caballeros de combate pudieran fijar sus pies en los estribos del caballo, logrando así mantener estable el resto del cuerpo mientras disparaban flechazos desde sus arcos.

      A fines del siglo XVI, el líder persa Shah Abbas I poseía la caballería más grande del mundo y, por ende, debía proveer a cientos de guerreros caballeros con estos zapatos de pequeño tacón. En este mismo periodo de tiempo, el Imperio Otomano se convirtió en rival igualitario de Persia (actual país conocido como Irán), y con ello en una amenaza para Shah Abbas I. Por esto, este gobernante hizo esfuerzos por aumentar las relaciones diplomáticas entre Persia y las monarquías de Europa Occidental, con el fin de contar con la ayuda de las mismas en caso de una inminente invasión. Abbas entonces, manda misiones diplomáticas de guerreros a las cortes de Alemania, Rusia y España, quienes lucían este calzado dotado de un pequeño tacón.

 

Tacones de guerreros Persas. Imagen: www.bbc.com

       

        A raíz de este contacto, este estilo de zapato es imitado por los aristócratas de las cortes de Europa Occidental. Por este motivo, quienes primero lucen tacones en las cortes de Francia e Inglaterra fueron varones de noble linaje. Durante el siglo XVII, el resto de la población comienza a fabricarse este empinado calzado. Entonces, los nobles aumentaron la altura de los primeros tacones copiados a los persas, con la intención de verse más altos que el pueblo sometido, dando cuenta así de su superioridad en linaje. Es en este momento, cuando realmente nacen los tacones altos.

 

Los tacones altos

En las disparejas calles de la Europa de ese entonces, llenas de surcos, los altos tacones no tenían utilidad práctica alguna. Esto era justamente la intención de su diseño. Les pareció a estos cortesanos europeos, que este calzado no apto para caminar largas distancias ni para trabajar, era justamente el ideal para hacer visible su elevado y acomodado estatus social. Ambas, son funciones que solo los nobles podían darse el lujo de abstenerse de realizar, a diferencia del pueblo, quienes debían mantener sus pies cómodos y activos durante la mayor parte del día, con un calzado plano que les permitiera realizar sus labores diarias sin obstáculos.

    Una de las figuras monárquicas que más importancia le dio a este calzado fue Luis XIV, rey de Francia durante el siglo XVII. Para complementar su regular estatura de 1.63cm, este monarca escoge tacones de 10cm de alto como parte de su indumentaria de uso social. Estos, iban finamente manufacturados, pintados por afuera de rojo y usualmente decorados con escenas de batalla.

 

Los tacones de Luis XIV. Imagen: www.lapatilla.com

     El uso de este calzado se extiende rápidamente entre los demás soberanos y nobles del tiempo de Luis XIV. Los tacones altos, fueron adoptados claramente como signo de “altura social”, no como auxiliar para lograr una mayor altura física. Solo de esta manera, se explica por qué en 1661, Carlos I de Inglaterra se preocupa de ser coronado usando un par de altísimo tacones rojos de “estilo francés” a pesar de que él, descalzo, medía 1.85cms. Esta estatura, en esos entonces, equivalía a medir - por lo menos - 1.95cms en la actualidad. Evidentemente, Carlos I gozaba de imponente estatura y no necesitaba aumentarla. Sin embargo, quiso acrecentar su “alteza real” ante los ojos de los demás, ocupando tacones, también altos. Y así lo quisieron aparentar también los demás nobles europeos de esos entonces. Primero, solo fue parte del atuendo de hombres, pero ya avanzado el siglo XVII, también se habían incorporado a su uso las mujeres nobles, e incluso, los niños.

 

Lo impráctico, significando lo superior

Un atuendo poco práctico, que dificulte ciertos tipos de movilidad y que incluso sea incómodo, es una forma de demostrar un estatus social alto que ha sido elegida por la elite de diversas culturas, no solo occidentales, sino también orientales e indígenas, a lo largo de periodos de tiempo también diferentes.

       Un ejemplo oriental de este invasivo tipo de estética corporal ligada al elitismo social, son los pies encogidos en las mujeres chinas de alto rango social. Esta costumbre, afortunadamente ya extinta, es comúnmente llamada "pies vendados", debido a que la deformación perpetua de los pies para impedir su crecimiento es lograda con el vendaje de los mismos a muy temprana edad, junto a la aplicación de otros complejos tratamientos. Esta dolorosa y compleja modificación corporal se implementó primero a las damas de las dinastías imperiales desde el siglo XI d.C, extendiéndose con el correr de los siglos a toda mujer que no fuera considerada de la clase “pobre”. El primer intento fallido de prohibir esta práctica fue en 1664 por el Emperador Kangxi. Sin embargo, su efectiva erradicación se logra recién en 1912, por reformistas republicanos de la revolución.

  

Niña china con pies vendados y mujer china adulta con pies empequeñecidos. Imagen: www.pinterest.com.

       En la Mesoamerica pre-hispánica, nos encontramos con varios ejemplos de prácticas que entorpecen el movimiento natural del cuerpo para comunicar una posición social. Una de ellas, la constituye el excesivo uso de accesorios de jade por los altos dignatarios mayas, quienes podían fácilmente acarrear más de 30 kilos de esta pesada piedra en su cuerpo, en forma de diferentes adornos. Se presume que, con esta incómoda ornamentación, estos jefes simbolizaban ante los demás el “peso” e influencia que ellos, debido a su poder, ejercían en su entorno social y político. Asimismo, la elite maya se perforaba la dentadura delantera para incrustarse piedras en ella y se modificaba la dirección de la vista dejándola intencionalmente turnia, entre otras atrevidas prácticas.

 

Dignatarios mayas con abundante ornamentación de jade, fragmento murales de Bonampak.. Imagen: http://literaturaymundomaya.blogspot.mx

       Ejemplos comparativos sin duda, hay muchos más, cada uno igualmente interesante. Probablemente, el lector de este artículo se esté acordando de más de alguna complicada manera de adornar el cuerpo para aparentar un alto estatus social. Ellas, nos dan cuenta de que una ornamentación corporal que dificulte la movilidad, parece entonces ser una táctica de comunicación visual exitosa, pues de otro modo no se explica por qué la apreciamos en diversas formas y en contextos culturales e históricos muy distintos entre sí.

 

Los tacones y las mujeres

Volviendo a nuestro tema principal, a principios del siglo XVIII los tacones de las mujeres se afinaron para ser más incómodos y delicados que los de los hombres. A su vez, los de estos últimos se hicieron más gruesos y un poco más bajos que los de las mujeres, para continuar dando ese toque de altura “propiamente masculina” a sus usuarios. Sin embargo, esto duró solo unas décadas, pues prontamente los hombres europeos quisieron renunciar a la ornamentación corporal llamativa para lucir intencionalmente sobrios. Con esto, perseguían verse serios y racionales, diferenciándose de las “emocionales y complicadas” mujeres, que así mismo estaban caracterizadas a través de sus exagerados atavíos. Con la rápida incorporación de esta nueva concepción de la estética masculina, para 1740 los hombres europeos ya no ocupaban ningún tipo de tacón.

      A fines del siglo XVIII, para tiempos de la Revolución Francesa y por causa del énfasis en la racionalización de la sociedad con el predominio del pensamiento Ilustrado,  los zapatos de alto tacón cayeron en desuso también en las mujeres.

      A mediados del del siglo XIX, los tacones altos empiezan a volver vistos en Europa, exclusivamente calzados por mujeres. En particular, por estrellas del mundo del porno, para fines de trabajo fotográfico. De acuerdo con la bióloga y antropóloga, Dra. Helen Fischer, la postura corporal de "trasero levantado" que fuerzan los tacones en el cuerpo de la mujer, es una posición natural de copulación en muchos tipos de mamíferos, incluyendo a la especie humana. Junto a esta explicación, se encuentra la ofrecida por Christian Loubotin, diseñador francés especialista en calzado femenino. De acuerdo con Loubotin, la postura del pie femenino al ponerse un tacón corresponde a la de los pies de la mujer cuando tiene un orgasmo. Por ende, una mujer en tacones está en una posición proclive al placer sexual. Ambas explicaciones devienen en el mismo resultado: el tacón alto deja a las mujeres en una postura que, por incitar el erotismo, complace visualmente al macho. Por esta misma razón, desde la industria fotográfica del porno visual del siglo XIX (especialmente en Francia e Inglaterra), el uso de los tacones altos se extiende prontamente a las trabajadoras del comercio sexual femenino.

 

   

       Mujeres en posición erótica con tacones. Fotografía pornográfica europea, siglo XIX. Imagen: http://timeformystories.wordpress.com.  (derecha) Restaurant de burdel The one two and two, donde prostitutas servían comida desnudas y en tacones. Comienzos de siglo XX. Imagen: http://www.atlasobscura.com

       Para la década de 1920, el tacón alto entendió nuevamente el rango de su uso, ahora a la generalidad de mujeres adultas que quisieran verse más atractivas para los hombres. Su uso era exclusivo en contextos que demandaran este look sexi por parte de las mujeres, tales como fiestas, galas, cenas, etc. Las mujeres usaban tacones para “verse más lindas” mientras se distraían, mientras lo pasaban bien. Por lo general, estas mujeres eran de sector socioeconómico alto, pudiendo invertir en vestidos y tacones costosos. Asimismo, disponían de quién las fuera a buscar y a dejar en coche a sus lugares de diversión, quién muchas veces era el mismo varón que hacía las veces de acompañante. No andaban solas las mujeres estas mujeres tacón, sino con un hombre que las protegiera mientras caminaban grácilmente en altura.

     Cabe mencionar, que aproximadamente a partir de la década de 1970, el uso de los tacones es también adquirido por hombres que practican el comercio sexual masculino, en lo que respecta al sector travesti del mismo.

 

Los tacones altos, hoy.

En la actualidad, esta moda derivó en una situación que me parece un tanto contradictoria. Cientos de mujeres trabajadoras y multifacéticas son actualmente quienes diariamente ocupan estos tacones altos que, hace más de cuatrocientos años, fueron creados por cortesanos para dar cuenta de una vida ociosa y lujosa de la cual, por cierto, efectivamente gozaban.

        Las mujeres que vemos en tacones en la actualidad, tienen una vida prácticamente opuesta a la de los nobles europeos, pues además de pertenecer al mundo laboral, son madres y dueñas de casa. Mujeres cuyo día empieza a las seis de la mañana y no termina antes de las diez de la noche, quienes llegan a sus casas y muchas veces lo primero que hacen es justamente sacarse estos tacones, para poder desplazarse, aunque sea al final del día, con la anhelada comodidad. Mujeres, que, como consecuencia del uso de este calzado para fines para los cuales no fue creado, padecen cuatro veces más enfermedades a los pies que los hombres.
 

Fotografía artística ironizando el uso de tacones. Artista no identificado. Fuente de la imagen: www.sobretodosalud.com

         A diferencia de sus congéneres de principios del siglo XX, las mujeres actuales no solo ocupan tacón cuando andan de fiesta, o en aquellas ocasiones en que quieren verse particularmente sexis. Por el contrario, muchas mujeres actuales cumplen sus deberes cotidianos así de “altamente incómodas”, es decir, andan en tacones la mayor parte del día. Pierden estabilidad, no pueden correr ante una eventualidad que lo amerite, se tropiezan con facilidad, pero aún así eligen andar sobre tacones. A estas mujeres, hace ya décadas, ningún hombre las cuida, las sostiene ni las mantiene, lo que también las diferencia de sus antecesoras en tacón.

         Al encaramarse voluntariamente en estos altos zapatos, la mujer de hoy se enviste de una fragilidad física, la cual supuestamente, ya no la identifica. Esta mujer actual en tacón, hace metáfora visual de un estilo de vida que no lleva (mujer quieta de vida lujosa) y de una relación de género de la cual ya no se siente partícipe (mujer dependiente de la compañía y aprobación de un varón). Y esto es, claramente, una contradicción.

  Arte contemporáneo en torno al tema del uso de tacones. Galería Luis Adelantado, México, DF. Foto: Marco A. López.

      Ahora bien, siendo el ser humano, entre otras cosas, un ser evidentemente contradictorio, podríamos aceptar esta contradicción en materia de uso de tacones...si esta no fuese perjudicial para la salud física de la mujer. El problema, es que sí lo es. Para quienes postulan que las mujeres se acostumbran a los tacones hasta que ya no les son incómodos, créanme que el cuerpo humano puede acostumbrarse, por supervivencia, tanto a lo que le es beneficioso, como a lo que le perjudica. Que una mujer “no sienta” los tacones, no quiere decir que le haga un favor a su cuerpo ocupándolos todo el día. Por el contrario, por lo general cuando se llega al punto en que los tacones a una mujer le son cómodos, es porque hay una contractura en músculos y tendones relacionados con la falsa postura empinada, lo que trae consecuencias a largo plazo negativas para los pies, las rodillas, la espalda y/o las caderas. Para especificaciones más anatómicas al respecto, pregúntele a un quiropráctico o a un fisioterapeuta. O simplemente, busque en Google.

       Aparentar una elegancia que no se relaciona con la vida que realmente llevamos, o complacer visualmente a hombres con los cuales no necesariamente intimamos, no me parecen razones suficientes para poner en riesgo la salud de nuestro cuerpo, ni para desestabilizar nuestro cotidiano andar. Hay muchas maneras de verse diariamente elegante y atractiva, no es necesario implemantar prácticas que no se ajustan a la mujer del presente siglo. Creo que esta idea de belleza, necesita de evolución.

 

Ximena Jordán

Master in Art Curatorship, Melbourne University

Licenciada en Estética PUC

ximejordan@gmail.com

Fbk: Xime Nili

 

Acerca de las dos últimas imágenes: si alguien sabe el nombre de los autores de estas obras, ruego me avise a mi correo electrónico. Gracias.

Imagen de encabezado: Mujer y tacón. Imagen: www.actitudfem.com

Referencias de este artículo:

Why did men stop wearing high heels – BBC NEWS. URL: http://www.bbc.com/news/magazine-21151350

Foot Binding Tradition. URL: https://www.youtube.com/watch?v=VMkYbtI3xpA

Foot binding. URL:http://en.wikipedia.org/wiki/Foot_binding

Kellog, Ali. The significance, meaning and purpose of body modification among the ancient Maya.

URL:

https://www.academia.edu/2974781/The_Purpose_Function_and_Significance_of_Body_Modification_Among_the_Preclassic_through_Postclassic_Maya

Why did men stop wearing high heels. URL: http://timeformystories.wordpress.com/2013/01/29/why-did-men-stop-wearing-high-heels/

Muy bueno, se agradece :-)
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