Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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RESEÑA de Libro:
“ACONTECIMIENTOS CORPORALES: Desplazamientos en las prácticas artísticas”
 
Por VALERIA RADRIGÁN
 
 
Texto leído en el lanzamiento del libro, Martes 3 de julio 2018, Centro Cultural de España, Santiago de Chile.
 

 
 
Este libro surge como síntesis de un coloquio realizado en mayo de este año (2018), convocado por las mismas editoras: Sofía Arévalo, Carla Motto y Jorge Sánchez. La invitación ambas instancias, ha sido un llamado a PENSAR EL CUERPO (los cuerpos) atendiendo a la importancia de acceder a él/ellos desde perspectivas múltiples y transdisciplinares. Fundamentalmente, e incluso antes del espacio del pensar, se instala la necesidad de entender el cuerpo desde otras lógicas: ACTUAR EL CUERPO- EXPERIENCIAR EL CUERPO (sudar, reir, amar, tocar, excretar, gritar, pegar) son actividades orgánicas, emocionales, sensitivas que preceden al raciocinio y que nos recuerdan como somos animalidad, fuerza energética y devenir.
 
Toda actividad corporal es ante todo acción performativa, aspecto que -siguiendo la interrogante planteada por Daniela Catrileo en el libro- nos sitúa frente a la interrogante por las cualidades de la propia escritura como gesto físico, ámbito paradigmático en el que verificamos una verdadera eclosión entre el acontecer cultural e intelectual y el torrente, flujo y puro acontecer que es el cuerpo.
 

Esta materialidad orgánica y bestial que nos acompaña día a día y de la que no podemos escindirnos del todo sino hasta la muerte (quién sabe, quizás) es la que se devela como uno de los nodos de mayor incógnita y descontrol. Sobre el cuerpo recaen- como señala Foucault y recoge Jorge Sánchez- una serie de poderes, discursividades, representaciones y presiones, es en él donde inscribimos nuestra condición de sujetos- culturales anclados a un tiempo, y comunidad específica…. Es en él donde se manifiestan las principales zonas de combate, entre el afuera normativo y relacional hasta el adentro visceral e íntimo subjetivamente.
 
El libro nos presenta 7 textos que analizan el cuerpo desde una multiplicidad focal: RESISTENCIA- ESPACIO- TECNOLOGÍAS son los tres enfoques que los editores nos presentan como formas de reunir las diversas miradas y planteamientos de los 9 autores que conforman el documento.
 
La discusión parte con una necesaria distinción entre CUERPO Y CORPORALIDAD, donde el primer concepto aludiría a nuestra organicidad en términos de superficie y volumen, espacio en el que se traman las marcas o relatos del pacto comunitario. El otro, dice Sánchez: “es un innombrable, un tránsito, un monstruo y/o una molestia a la comunidad.” (14). Esta tensión es importante en la medida en que somos cuerpo y corporalidad, dualidad que recuerdo también en filósofos como Stiegler (quien alude a la idea de ORGANISMO-ORGANIZADO graficando con ello el símil entre cuerpo vivo y cuerpo artificial o artefacto) y Deleuze cuando habla de la necesidad de crear un CUERPO SIN ÓRGANOS, básicamente aludiendo a una suerte de retorno a la des-organización, a la deslimitación.
 
Esto es interesante porque trae a colación un segundo punto presente en el libro y que aparece como común en las lecturas de la mayoría de los autores, que es el tema del LÍMITE.
 
“Todo límite nos habla también de una política. O, dicho de otro modo, no hay política sin límite,” (19) dice Alejandra Castillo, a lo que podríamos agregar, siguiendo la tónica del libro, tampoco hay política sin deslimitación ni DESLIMITACION SIN LIMITE. Solo podemos entender que es cuerpo- y qué es corporalidad- en la comprensión de aquello que cultural y temporalmente ha cercado ciertas fronteras en torno a nuestra piel y en base a ella (no olvidemos que la configuración antropocéntrica humanista moderna es ante todo una diagramación biologicista, nodo que en su “cierre” disciplinar critica posteriormente Haraway, por ej.)
 
Es EN la limitación que aparece lo abyecto o la resistencia. Es en el límite, que no es más que un engranaje, una cuerda floja, una línea tipo horizonte en la que se extienden aperturas y cierres, dinámicas móviles y transfronterizas que sobre todo hoy parecen las únicas formas verdaderamente acertadas de pensar lo corporal.
 
Así, desde el feminismo contemporáneo, pero también desde las prácticas artísticas y tecnocientíficas actuales, lo humano demanda nuevas lógicas de comprensión y articulación, ya no más desde la seguridad y el hermetismo del cierre, sino desde la apertura de la “alteridad, la mutación y el contagio” (29) como señala la misma Castillo.
 
En este punto, la PIEL emerge nuevamente como engranaje limítrofe, como nodo de intercambios, como membrana conectora o relacional entre el cuerpo y lo corporal, entre lo interno y lo externo. Según Valentina Bulo: “En eso consiste el juego de las pieles, que abre el adentro y el afuera pues en él se toman y se dejan los espacios, espacio que no es otra cosa que la extensión misma de los cuerpos.” (85).
 
Siguiendo esta misma línea, y saltando al eje final del libro, en el que se encuentra de hecho, mi propia reflexión, aparece la mirada de la PIEL COMO INTERFAZ, aspecto que nos vincula a otro nodo mediador y translimitrofe en nuestra relación con el mundo, que es LA TECNOLOGÍA.
 
La tradición tecnofóbica moderna, nos deja el terror ante el descontrol maquínico, ante el máximo dominio, cosificación y codificación de los metaprogramas y poderes sobre las personas. Graficado hoy en las verdaderas neo- prótesis que son los celulares y sus interfaces táctiles, que se apegan, literalmente, más que nunca a nuestra piel, la tecnofobia nos impide recordar el pasado o mirar crítica y abiertamente nuestra relación con las tecnologías, relación que en un contexto premoderno bien estaba marcada por el descubrimiento potencial de la naturaleza (en un sentido heideggeriano) o en una dinámica de mediación dialógica y horizontal con ella (como nos indica Simondon).
 
Con ello, más allá de tecnofobias o tecnofilias, el cuerpo y la tecnología han sido transhistórica y transculturalmente espacios de mediación e hibridación. Si bien la revolución digital y la biotecnología (por ejemplo) pueden citarse como fenómenos evidentemente contemporáneos, la pregunta sobre lo artificial en linde con lo natural puede rastrearse desde representaciones ancestrales de teriántropos paleolíticos, a la Physica curiosa de Gaspar Schott en el siglo xvii, hasta performances contemporáneas como May the horse live in me, que destaca Karla Jasso en el último texto de la compilación.
 
La figura del cyborg es aquí una y otra vez emblemática en su poder metafórico: reúne, en sí misma, el máximo triunfo de la ciencia sobre el cuerpo y, a su vez, es emblema de libertad, flujo, nomadismo y neomestizaje.
 
En este sentido, nos recuerda Jasso a través de Braidotti: “Lejos de parecer antitético [antagónico] al organismo y al conjunto de valores humanos, el factor tecnológico debe entenderse como coextensivo y entremezclado con lo humano. Esta mutua imbricación nos obliga a referirnos a la tecnología como aparato material y simbólico, es decir, como un agente semiótico y social.” (Braidotti, cit. en pág.118).
 
Consecuentemente, las tecnologías digitales (como aparatos materiales y simbólicos) como imbricaciones contemporáneas fuerzan, a una lectura particular y específica, en tanto su propia estructura en código binario pareciera situarnos frente a un panorama de des o inmaterialización. Nuevamente se hace imperativa una mirada atenta y crítica frente a esta condición, momento en que el experienciar de nuestro cuerpo nos entrega claves fundamentales: la comprensión de un posible cuerpo- virtual debe realizarse en el juego de relaciones proyectivas e introyectivas que surgen con los (nuevos) medios, dinámica en la que aun, en este estado de evolución tecnológica, sucede desde el fenómeno del EMBODIMENT.
 
Mal traducido como ENCARNACION, este proceso (rescatado en las diversas performances del propio coloquio así como en aquellas referidas en el libro) nos sitúa ante la no-obsolescencia de lo cárnico, frente a un devenir expansivo y relacional de esta condición. En palabras de Karla Jasso, “el proceder “encarnado” [en la carne misma] posee toda la dynamis para materializar el horizonte de lo viviente como producto de las técnicas de bio-diversidad, las tecnologías e industrias bioquímicas, la ingeniería genética y la economía de los tejidos”. (119).
 
En este punto, podemos rescatar la lectura de Valentina Bulo, clara al señalar que los cuerpos no deben ser entendidos de forma sustancial sino relacional; “los cuerpos no se definen, funcionan, se acoplan, se performativizan, hacen mundo”. (79).
 
 En síntesis, el libro “ACONTECIMIENTOS CORPORALES” es un corpus lleno de cuerpos y corporalidades escritas, descritas pero también imaginadas y sentidas, un documento que ciertamente aporta a la reflexión, en el que me siento contenta de haber podido aportar y agradecida de hoy poder presentarlo.
 
 
 
 
 ACONTECIMIENTOS CORPORALES
 
DESPLAZAMIENTOS EN LAS PRÁCTICAS ARTÍSTICAS
 
Editoras: Sofía Arévalo, Carla Motto, Jorge Sánchez
 
EDITORIAL PÓLVORA, Colección Investigación, Santiago de Chile, 2018.
 
www.polvora.cl
 
 
 
Publicación financiada por el programa “Estímulo para Proyectos Académicos de Estudiantes de Postgrado de la Universidad de Chile”, Departamento de Postgrado y Postítulo de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile, convocatoria 2018.
Escáner Cultural nº: 
205

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