LATINO-OZ
El arte sociológico de Ignacio Rojas
 

Por: Ximena Jordán
ximejordan@gmail.com

Ignacio Rojas, el inmigrante

      Se les llama chileno-australianos a los residentes Australianos de origen Chileno, ya sea nacidos en nuestro país o bien descendientes de chilenos en primera, segunda o tercera generación, que a la vez se reconozcan expresamente como chilenos en el registro del consulado o en algún otro medio de equivalente validez.

       En Australia, los chileno-australianos son el grupo de Latinoamericanos más numeroso residiendo en la nación, cuya mayoría se concentra en las ciudades de Sídney y de Melbourne. Ignacio Rojas es uno de ellos. Artista y teórico del arte, santiaguino e ignaciano, llegó a Melbourne en los comienzos de su segunda década de vida y con el propósito de estar cerca de su mujer. Y en Melbourne se quedó, estudió y se casó. Y aún lo tenemos en dicha ciudad, por lo menos por un tiempo.

      Ignacio es un inmigrante afortunado. Se vino de manera completamente voluntaria, consciente de que tanto Chile como Australia eran para él una buena opción. Si bien es cierto dentro de los últimos 20 años la mayoría de los emigrantes chilenos salen del país voluntariamente, también es verdad que los destinos que los esperan en los países que los acogen difieren diametralmente entre ellos. Ignacio se percató de esta disparidad de experiencias y emociones contenidas en la condición de inmigrante y les dio rostro a través de su pintura.

Los inmigrantes en la obra de Rojas

      Años después de estudiar pintura, Ignacio prosiguió sociología como postgrado. Cuando llegó el momento de hacer su tesis, decidió desarrollar una investigación acerca de la condición de inmigrante asumida por adultos-jóvenes Latinoamericanos en Australia. Ignacio Rojas complementó su estudio en el fenómeno inmigratorio de cada una de las personas entrevistadas con la representación artística de ellas. Esto dio como resultado una serie de retratos expresivos a los cuales se referirá el presente artículo.

      A través de la realización de estos retratos de inmigrantes, el conocimiento adquirido por Ignacio Rojas en materias sociológicas se unió con la capacidad de este artista chileno-australiano de explicar la realidad no sólo con el intelecto pero también con la expresión visual y sensible, facultad que Ignacio tiene por talento, por vocación y por formación académica.

      Los retratos de estos inmigrantes no son un complemento estético-visible del trabajo sociológico de Ignacio sino que constituyen un derivado artístico de un acercamiento que fue en primera instancia intelectual. Sin embargo, desde mi punto de vista y conforme a mis conocimientos en materia de arte y educación, la ejecución de estas obras de arte fue determinante para el desarrollo más acabado y realista de la tesis de Ignacio Rojas. Esto último debido a que para crear una pieza de arte es necesario investigar estilística y teóricamente la sustancia de “lo representado”, ya corresponda esto a un suceso, una persona, un episodio histórico…etc. De esta manera, por medio de la retratación de sus entrevistados, Ignacio profundizó en el entendimiento de las historias personales de estos inmigrantes a través de un proceso de aprendizaje llamado por el teórico Graemer Sullivan como “aprendizaje visual”.
 

Sentimientos encontrados, lugares intermedios
 

      Después de un considerable tiempo de estadía y de asentamiento en Australia, la mayor parte de la vida personal del promedio de los inmigrantes latinos en Australia parece llevarse a cabo en un espacio emocional que se sitúa intermedio entre Australia y sus países de origen. Una instancia social inconscientemente creada por los mismos inmigrantes, en la cual están exentos de asimilar la completa idiosincrasia australiana, al igual que excusados de continuar siendo cien por ciento representantes del alma de la nación de donde provienen.

      En otras palabras, como grupo social, los inmigrantes se encuentran en una comunión en el sentir “no soy de aquí, no soy de allá”, sentir que se enfatiza tras el esfuerzo realizado para insertarse, al menos funcionalmente, en una cultura que no es la suya. Y que no logrará serlo por completo, porque lo que tenemos de latinoamericanos no nos lo quita nadie. Ni siquiera nos lo podemos quitar nosotros mismos. Aunque queramos, aunque nos convenga. Para dejar de ser y de sentir como latinoamericanos tendríamos que nacer nuevamente en otro lugar del mundo. Y no me refiero a un renacer espiritualmente (como lo propone el cristianismo) sino físicamente…es decir, imposiblemente.

Historias vividas, emociones retratadas

      Los retratos de Ignacio rinden un tributo estético visual al desafío de ser inmigrante. Del mismo modo lo hace el autorretrato del artista, pues Ignacio, en su condición de inmigrante, es un caso de estudio visual más dentro de esta reflexión. En ellos vemos añoranza por lo dejado en el país de origen y frustración por no lograr un balance entre el ser inmigrante latino y el estar en Australia.

      Decepción por no alcanzar una identidad concluida y estable a pesar de los años y más años de vivencias acumuladas en esta gran isla llena de oportunidades pero carente de vínculos humanos al estilo Latinoamericanos. También se percibe incertidumbre, porque el grupo de inmigrantes representados es un grupo adulto, pero aún joven. Por causa de sus edades, la vida les depara, la vida está todavía por delante. No todo Chile está perdido ni toda Australia está ganada. Hay espacios alternativos por explorar.

      En el trabajo de Ignacio Rojas descubro algo muy tranquilizador. Al contemplar sus obras, nos damos cuenta de que el evidente fenómeno y efecto de la globalización no acapara todos los ámbitos del individuo. Indudablemente existe una cultura “globalizada” a la cual estamos expuestos y la cual, en alguna medida, todos integramos a nuestro comportamiento social y vínculos afectivos. Sin embargo, no somos – aún - “seres” globalizados. No nos da lo mismo aquí o allá; comer en la mesa o frente al televisor, saludar para el cumpleaños por Skype o con un abrazo apretado, hablar castellano o hablar en inglés. Podemos encontrar lo positivo y lo negativo en cualquiera de estas opciones y podemos asumirlas de modo temporal o incluso definitivo, pero lo certero es que no nos da lo mismo. Seguimos siendo seres altamente culturales, determinados más por lo que imitamos de nuestros pares durante nuestra etapa de crecimiento que por lo transmitido por la variedad de pantallas que (necesariamente) bombardean nuestra percepción.

      Pienso que lo recién expuesto es tranquilizador porque nos define como seres con historia, con memoria y con una complejidad que a veces es tan inabarcable, que el único lugar donde encuentra suficiente proyección es…en el arte.

Ximena Jordán
Máster en Curaduría del Arte, Melbourne University
Licenciada en Estética PUC
ximejordan@gmail.com  

Imágenes:   gentileza del artista Ignacio Rojas.

Contacto con el artista: \ 

Actualmente Ignacio Rojas vive en Melbourne, trabaja en un centro comunitario que promueve y facilita la integración al país de refugiados provenientes de naciones en guerra o en situaciones de semejante extremidad. Ignacio se sigue desarrollando como artista en su taller de arte y hace además clases particulares de pintura.

Email de contacto: ignaciorojas.art@gmail.com