Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA:

LOS ARCHIVOS DE ARTE

Exposición en México de Arte ≠ Vida.

Acciones por artistas de las Américas, 1960–2000

Nosotros proponemos el archivo como obra. El archivo como activismo. El archivo como acto inequívoco de defensa personal contra la indiferencia, la invisibilización, la censura o cualquier otro borramiento cultural causado por mala leche, ignorancia o poder.

Mónica Mayer, PINTO MI RAYA   

Desde México: César Horacio Espinosa V.

Un país sin memoria significativa no sobrevive.

¿Cómo saber cuáles registros reúnen la significación necesaria para ser protegidos?

¿Cómo atraer presupuestos para estos archivos privados cuando se ha ido desmantelando la estructura cultural general?

¿Qué hacer para detectar y proteger estos esfuerzos?

¿Cómo generar el derecho de contar al menos con una copia en terreno nacional aunque estos archivos sean comprados por otros países?

¿Cómo proteger, activar y mantener en buen estado los archivos que ya hay? (MARIS BUSTAMANTE)

En la primera Sesión Intensiva, Araceli Zúñiga y César Espinosa

Con motivo de la exposición Arte≠ Vida. Acciones por artistas de las Américas, 1960–2000, presentada en el Museo de Arte Carrillo Gil, en la Ciudad de México (3 de julio-13 de agosto, 2009), tuvieron lugar varios paneles de SESIONES INTENSIVAS con artistas e investigadores. Dos de ellos estuvieron dedicados al tema de Archivos del arte acción en México y sus vínculos en América Latina.

Las sesiones dieron pauta para revisar un capítulo crítico en la vida artística y cultural de nuestros países, como es la compilación de acervos y colecciones por parte de los artistas, de algunos críticos y curadores. Es decir, el tema fundamental de la memoria colectiva sobre las propuestas llevadas a cabo por los mismos artistas o por colectivos ajenos al circuito del mercado o de la promoción oficial, es decir, al mainstream artístico, lo cual se volvió crítico hacia finales del siglo XX y principios del actual.

Presentamos las intervenciones de algunos de los panelistas sobre este crucial tema; inicia Maris Bustamante, artista e investigadora, fundó los colectivos No Grupo y Polvos de Gallina Negra en los años 70 y 80: -Los archivos de los artistas son un modelo a escala de una realidad rescatable y positiva para la especie. Estos archivos son muy escasos, ya que la disciplina de guardar en buen estado y de manera mas o menos ordenada, durante más de 30 años, no sólo lo que hacen sino documentos, libros, catálogos, cartas, textos, invitaciones, carteles, revistas y hasta sabrosas indiscreciones, requiere de un financiamiento y trabajo constante, actividad colateral a la conceptualización y realización de la obra.

Tania Bruguera, en la exposición; también participó en teleconferencia.

(…) Estas colecciones personales no fueron realizadas por intereses mercantiles sino por afinidad, complicidad, afecto y hasta reconocimiento de la obra entre iguales.

Para que estuvieran bien organizados deberían incluir no sólo su presencia como un conjunto no fragmentado y su protegido, sino la posibilidad de su consulta y su divulgación amplia social. En estos momentos, en que vemos peligrar la existencia de las instituciones de la educación pública y la cultura, serán los archivos de los artistas los que contribuyan a resguardar el conocimiento construido.

Concluye proponiendo que se incluya en el curriculum académico de las carreras de los artistas de todas las disciplinas, conocimientos mínimos para la creación de archivos significativos.

Intervención de la artista e investigadora Maris Bustamante

A continuación, habla la artista y promotora cultural Martha Hellion, quien participó a finales de los años 60 en acciones del movimiento Fluxus y fue cofundadora de Beau Geste en Inglaterra: -…la recolección de materiales diversos que se vuelven una marca, un signo que registra algo,  sirve a la memoria para reconstruir en el presente aquello, ideas, acciones que en otro contexto de espacio/tiempo se interpretan, significando otra dimension y otra narrativa.

Objetos, fotografías, cartas, documentos, material hemerográfico, notas, listas de compras, etiquetas, textiles, botones, etc.; en fin, todo lo que rodea a un ser como parte de su cotidiana existencia,  en su estructura de apoyo y protección, por minima que sea -una bolsa, una caja-.

Desde los años 60-70 se desarrollaron los archivos privados de Arte Contemporáneo, principalmente en Europa como Art Information Centre en Middleburg, Hanns Sohm creó el archivo de Fluxus y el Accionismo Vienés en Stuttgart; en Florencia, Mauricio Nannucci crea Zona Archive; Artpool en Budapest, Small Press & Communication en Amberes, Beau Geste Press en Inglaterra/México, el Corno Emplumado, también en México, entre otros; todos estos archivos tenían algo en común pero cada uno contenía en sí el aspecto personal de su originador.

Marta Minujin, performance en New York.

En 1980, Ulises Carrión crea Other Books and So Archive, en el cual incluía los archivos anteriores, siendo un sistema de memoria que eludía el interés del circuito tradicional del arte pero que la evocación de incontables memorias se transmitían a través de una invitación o una postal.

Y cita: Carrión declara que la acción de archivar es una obra de arte en si:“…El archivo es también un producto de mi desarrollo teórico, con el cual me he dado cuenta más y más claramente que el arte no se limita sólo a la manufactura de objetos y eventos.  Trato de incluir elementos no-estéticos en mi obra, para mostrar la diferencia entre un libro tradicional y un Libro de Artista. Una sola persona es responsable de la producción completa de un Libro de Artista: por el contenido, por la forma. El arte tradicional se puede comparar de la misma forma por la intervención de un sinúmero de personas  especializadas: el artista, el galerista, el crítico de arte, el coleccionista, etc., mientras que en el otro arte el artista es responsable de todos estos elementos.

“Para mí, el archivo es un intento para darme cuenta de esa realidad, por lo que considero que un archivo es una obra de arte; pero es una obra de arte que implica espacio, una institución pública. Implica el trabajo de otras personas, mi función social, no tiene límite en el tiempo, por lo que un archivo puede sobrevivir indefinidamente. También no tiene limites, crece firmemente, esta siempre vivo….”

Martha plantea también: (…) En cuanto a la exposicion de ARTE ≠ VIDA, sentí un gran alivio de que se ha rescatado algo al que no se le había dado lugar; ya no son acciones efímeras, sino que pasan a ser un registro dentro de las manifestaciones artísticas de la historia del arte en America Latina, igual de importante o más que el europeo

Magali Lara, trabajó en el Grupo Março y colaboró con el No-Grupo en los años setenta; su trabajo incluye poemas visuales. Se ocupó de la creación del archivo del artista cubano Juan Francisco Elso.

-Mi generación supo muy pronto la importancia de  hacer un archivo del trabajo personal y  de la propia generación, porque era la única posibilidad de posibilitar una lectura más profesional, sobre todo tratándose de artistas mujeres o de prácticas emergentes.

En todo archivo se defiende una idea del mundo y hay una subjetividad que va construyendo, eligiendo los elementos que van dándole forma. Y, a veces, produce efectos contrarios a los deseados, pues  genera una única lectura que se toma como indiscutible.

Papo Colo

Víctor Muñoz, artista multidisciplinario formado en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura, La Esmeralda. Integrante del Grupo Proceso Pentágono, creado en 1976. Expresa: -El arte que también sucede fuera del museo, y con mejores condiciones de perturbación y transtorno, requiere del archivo. Aun fuera del recinto, la necesidad de recursividad, memoria y conocimiento son necesarios para la lectura y escritura de las artes de acción.         

En varias partes del mundo metropolitano y periférico, los artistas no sólo han creado lugares, colectivos autogestionarios, sino que han construido archivos y conformaron redes alternas a la situación hegemónica.

El archivo del grupo Proceso Pentágono se inició con la reunión de textos, catálogos, fotografías, apuntes, bocetos, documentos, correspondencia, bibliografía, hemerografía referida al trabajo del grupo que no consistió sólo de acciones, sino sobre todo instalaciones y un poco de gráfica.

En un principio asumí, con el consenso de todo el grupo, la custodia y el cuidado de aquellas cajas que habían sido el archivo del Centro Proceso Pentágono que funcionó entre 1978 y 1980, y que nadie podía guardar cuando dejamos la casa de Tlacopac en 1981.

Luego el acto fallido para escribir un libro que me negué a que fuera una cronología de las actividades del grupo, y el largo trabajo por construir elementos que  permitieran la comprensión de lo sucedido, la necesidad de dar cierta distancia  al periodo entre 1973 y 1991 en que trabajó el grupo.

En el transcurso de estos años, la alimentación del archivo ha consistido en aportaciones de los compañeros del grupo, fundamentalmente de Carlos Finck y Lourdes Grobet. Hoy cuenta –no lo sé a ciencia cierta– con más de seiscientas fotografías, entrevistas realizadas a los integrantes en diversos momentos, documentos, folletería, notas de prensa, algo de correspondencia y otros materiales como videos y grabaciones de audio que hay que mantener en condiciones adecuadas para su conservación.

El artista Jorge Perezvega, el curador Cuauhtémoc Medina, el investigador Néstor

 García Canclini y el historiador Francisco Reyes Palma.

Sol Henaro (Licenciada en Arte y egresada del 1er programa de Estudios Curatoriales de Teratoma, A.C. Fundó y dirigió la Celda Contemporánea (2004 al 2006), proyecto de recuperación de la memoria artística en México a partir de la década de los años 70) asevera: -El “drama del archivo” está cobrando cada vez más relevancia, estamos ante un momento en el que muchos acervos-memoria pueden recuperarse, o bien fragmentarse hasta su total dispersión o insignificancia reductiva.

Nuestra obligación es ejercer políticamente al respecto y procurar no fetichizar pero sí formar nuevas constelaciones de conocimiento a partir de las prácticas que aparecen como significativas y desestabilizadoras. Es importante recuperar y preservar, pero mucho importante es el activar los materiales, problematizarlos desde nuestro momento presente y procurar no abordarlos con una intención mitificadora sino de zangoloteo, de irrupción crítica y de ventilación-disposición pública.

Mauricio Marcin, fue curador de la Celda Contemporánea y actualmente lo es del Museo de la Ciudad de México; establece: -Todo lo viejo alguna vez fue nuevo. Curar un archivo: viajar al pasado. Se puede acometer la investigación de un archivo intentando salvar el pasado; de hacerlo presente. Algo que ocurrió en 1970 se cuenta de nuevo 37 años después. El pasado se presenta.

Juan José Gurrola, Víctor Fosado, Eduardo Guzmán y Mauricio Vázquez se reunieron, en setenta, para hacer música. La nominaron música Neuro-Atonal. Grabaron un vinilo En Busca del Silencio y se presentaron algunas veces en vivo, cinco o seis, tal vez más.

Mientras organizábamos una muestra retrospectiva de los trabajos de Gurrola para exponer en la Celda Contemporánea, le pregunté por la grabación. ­–No sé. No tengo el disco –me contestó–: He perdido tantas cosas en la vida, he perdido dientes, lentes, he perdido gentes. No lo tengo.

La edición que se hizo del vinilo fue de mil copias. Pensábamos que algunas debían sobrevivir en alguna parte y nos dimos a la tarea de buscarlo. Con trabajos y fortuna encontramos una de ellas que devino reedición en disco compacto. Los sonidos del setenta sonaron de nuevo en 2007. El pasado se hizo presente.

A continuación, una verdadera institución en materia de recuperación de la memoria y acumulación de archivos: Mónica Mayer, quien junto con Víctor Lerma es el alma de PINTO MI RAYA. Nos dice: -Nosotros proponemos el archivo como obra. El archivo como activismo. El archivo como acto inequívoco de defensa personal contra la indiferencia, la invisibilización, la censura o cualquier otro borramiento cultural causado por mala leche, ignorancia o poder. 

Rafael Ferrer

En Pinto mi Raya hemos utilizado el modelo archivo en varias obras, como Memoria Virtual que se presentó en la Bienal Interactiva03 y que reunió en Internet los textos sobre gráfica digital de nuestro archivo.  Y otros de nuestros performances reflexionan sobre el archivo y/o la documentación del arte no objetual, como EL BALCÓN DEL CENIDIAP, acción en la que investigamos lo que hacían en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas en términos del arte efímero.  El resultado fue tan trágico que les hicimos una limpia. 

Este año, Pinto mi Raya cumple oficialmente 20 años.  Sin embargo, nuestro archivo, el de Víctor y Mónica, es más viejo e incluye mucho más material que los 27,000 artículos del archivo hemerográfico, ya que desde los 70s hemos reunido material sobre nuestra obra y la de muchos otros artistas. Actualmente, estamos reorganizándolo y eventualmente tendremos un inventario de lo que abarca, que incluye  documentos, obras, diapos, invitaciones, volantes y catálogos.

Empezamos a reunir todos los textos de opinión de los periódicos y a compilarlos quincenalmente. Y como no estábamos trabajando sólo en el ámbito de lo simbólico, sino que pretendíamos combatir una realidad desmemoriosa, insertamos este material en las principales bibliotecas especializadas en arte en el país.

Nuestras instituciones culturales, tanto INBA como UNAM, seguirán regándola en términos de archivos mientras no cambien sus normas y mientras no destinen los presupuestos y el personal necesarios para conservar los que tienen y adquirir otros. Legalmente, los archivos no están considerados como obra y ni siquiera están inventariados como mobiliario; por lo que, a pesar de la buena voluntad de algunos funcionarios comprometidos con su cuidado, siguen en la total indefensión porque en cualquier momento pueden sustituirlos por alguien capaz de desterrar estos materiales al archivo muerto, de llevárselos a su casa o de tirarlos a la basura.

Por ejemplo, el archivo de Melquiades Herrera está hecho un cochinero en la ENAP y, hasta dónde sé, el de Adolfo Patiño sigue en calidad de desaparecido.

El investigador, crítico y estetólogo Francisco ReyesPalma, fundador de la revista Curare, apunta: -Al tener que definir hoy mi noción de archivo, diría que se trata de una estructura abierta donde acumular y rearticular fragmentos en apariencia inconexos, reorganizar saberes, sentidos y afecciones y, por supuesto, configurar nuevos y más complejos espacios de pensamiento.

Cuando hablo de fragmentos me refiero a los recortes de prensa, a una multiplicidad de objetos e impresos de procedencia diversa; a los catálogos de exposiciones, a buen número de documentos históricos, originales y fotocopiados, carteles y películas, e incluso a las obras de arte llamado culto o popular.

(…) Coleccionar es un acto espontáneo cuyo origen se pierde en el tiempo asociado al juego infantil, pero que al transitar a la edad adulta recibe el nombre de obsesión compulsiva.

Cada vez percibo con más claridad que el encuentro del archivo con la imagen sin rango o con las manifestaciones de arte popular y los referentes de la vida cotidiana sensible mantienen un efecto liberador frente al saber jerárquico. Mi principio de archivo es dejar que una escritura o un objeto, sin transcurso ni mapa, reverbere hasta hacerse emplazamiento que albergue memoria y facilite el reencuentro.

Fundé y dirigí en 1984 el Centro de Conservación de Archivos de Arte Mexicano (CCAAM), adscrito al INBA; pero, al año, los primeros brotes visibles de la crisis económica obligaron a disolver algunos centros y compactar otros, como el referido CCAAM para dar lugar al actual CENIDIAP, medida depredadora y disfuncional que prescindió de áreas fundamentales para el establecimiento de políticas consistentes y unitarias de investigación y archivo.

Bajo mi responsabilidad se recuperó la parte del Archivo del INBA (1936-1956), superviviviente de la inundación del sótano del Palacio de Bellas Artes, y se generaron más de cincuenta fondos documentales, temáticos o de autor, en su mayor parte pensados como archivos estratégicos para encarar la historia del arte mexicano desde una multiplicidad de líneas de investigación, que además de aspectos productivos consideraran las mediaciones en el campo artístico, el desarrollo institucional y las formaciones artísticas, además de los problemas de educación y recepción.

Coco Fusco y Guillermo Gómez Peña

César Martínez, artista interdisciplinario:  -Las estrategias de ‘archivo abierto’ y ‘archivo vivo’ en una exposición como Arte ≠ Vida intentan salvar la distancia entre lo que supone la pérdida y ausencia del registro de las acciones en su momento, ya sea fruto del olvido, de la omisión en las historias oficiales del Arte, o de la censura, y su posterior recuperación en un intento horizontal de reconstrucción histórica dentro del marco de las categorías de ‘Acción’ ‘Arte’ y ‘Américas’, gracias a la persistencia de quienes resguardaron dichos materiales y del interés interinstitucional, intergeneracional e internacional que hoy nos tiene aquí reunidos.

Presentar un archivo es también presentar una resistencia viva, una oposición a  las estrategias de invisibilización a las que han sido sujetas las manifestaciones aquí presentes y se mantendrá vigente y relevante toda vez que las circunstancias que obligaron a estas particulares estrategias de supervivencia en situaciones límite, sigan existiendo…

La fragilidad de la memoria, la precareidad de los archivos que, pese a todo, subsisten gracias a la necesidad vital y apremiante de que lo que da sentido a nuestro quehacer no desaparezca por completo, es el mismo estado de vulnerabilidad que impera en la estructura general de este edificio que llamamos las instituciones de cultura. Nos movemos entre olvido y memoria, a sabiendas de que se ejercen siempre múltiples formas de censura hacia lo que resulta ‘innecesario’ o incómodo para el régimen en turno, desde el torpe dedo flamígero ordenando cancelaciones arbitrarias hasta los elegantes actos de prestidigitación presupuestaria.

Mariana Botey/Helena Chávez Mac Gregor, artista y videoasta experimental, la primera, y maestra en estética y teoría del arte contemporáneo, la segunda, señalan:  -El problema del archivo no es menor en tanto que traza de manera refractaria el carácter que se desvanece del arte acción y que, por definición, es su cualidad constitutiva. Es decir, un archivo de arte acción es la única forma de registro que existe de estas prácticas, el proceso de des-materialización en el arte deviene en archivos que requieren una lectura intrincada y de alguna manera a priori desdoblada o desbordada.

La espectralidad de la práctica “arte acción” (como presencia/ausencia) es de hecho la suma de contradicciones y potencialidades donde el arte contemporáneo juega su apuesta más arriesgada y su sentido político como intervención en juego con el campo social.

Archivo Gráfica del 68, Grupo Mira

De manera análoga, el arte acción fractura el dispositivo de exhibición al forzar de antemano la negativa o imposibilidad de representación y visibilidad; la cual es necesariamente de manera reconstruida (después de) y únicamente en los residuos y fragmentos dejados por este tipo de prácticas. Esto no es un problema menor, por el contrario, pareciera ser un factor importante en tratar de entender por qué estas prácticas han sido reticentes en su institucionalización.

El efecto que pareciera emerger aquí es una intransigencia de formas, afectos e intenciones, que al parecer demoran su entrada o asimilación a los repertorios de arte como mercado simbólico.

Araceli Zúñiga, curadora de videoarte, escritora, poeta visual, hace un recuento sobre el acervo acumulado de las Bienales Internacionales de Poesía Visual-Experimental, celebradas en México (1985-86-2009): -(…) desde 1976 a la fecha se han desarrollado, de manera paralela a nuestras actividades artísticas, unas estratificaciones geológicas (fósiles vivos), compuestos por capas sobre capas de exposiciones, casetes en formatos muy diversos de poesía sonora y una muy buena colección de libros teóricos sobre la poesía visual y experimental.

Los archivos están en todo nuestro universo domestico y profesional. Así, hemos recorrido estos caminos de la experimentación, de la transgresión, del volver a nombrar al mundo, acompañados siempre por la pasión, el compromiso y la confianza de todas y todos los investigadores, promotores, curadores y artistas que son quienes realmente han formado estos archivos, que (pensamos) deberán ser catalogados y preservados como parte de un acervo muy específico acerca del inquirimiento e investigación acerca de la escritura, madre universal.

¿Nuestros archivos? Están en nuestro ADN personal. Con el tiempo hemos sido tatuados por ellos. Los hemos respirado (por años). Están en nuestra piel (¡en nuestras alergías!), en nuestros pulmones, en nuestros huesos, en nuestros sistemas todos. Queremos decir sal y se escucha Duchamp. Decimos jabón y brotan las ursonatas, del dadaísta Kurt Schwitters. Nuestros archivos somos nosotros, como en la novela Fahrenheit451, de Ray Bradbury (... siguiendo la vieja línea del tren).

          Araceli Zúñiga, Bienales de Poesía Visual-Experimental

El autor de estas notas (César Espinosa) se refirió a la colección de arte correo denominada Poema Colectivo Revolución, que se exhibió en los años 1982-83: -Estuvo compuesto por alrededor de 400 trabajos provenientes de 45 países, que hicieron variaciones en torno al polémico tema, dedicado en especial al triunfo de la revolución sandinista en esos primeros años de los 80.

La realización de las exposiciones y el posterior cuidado y almacenaje de la colección correspondió a Araceli Zúñiga y quien firma esto, hasta la fecha. Dentro de las normas básicas del arte-correo queda establecido que las obras son donadas a quienes las reciben y exhiben, bajo la única restricción de que no sean vendidas ni se lucre con ellas.  

El poema Revolución fue recientemente rescatado de las entrañas de nuestra cama, donde estuvo depositado por cosa de 28 años. Ahora va a ser exhibido nuevamente en la gran muestra de Arte-Correo que se prepara para octubre en el Museo de la Ciudad de México.

Tal acervo forma parte del conjunto de trabajos albergados de manera doméstica por diversos artistas, que de manera crónica carecen de apoyos técnicos y financieros para ordenar, clasificar y dar básicas del arte-correo queda establecido que las obras son donadas a quienes las reciben y exhiben, bajo la única restricción de que no sean vendidas ni se lucre con ellas mantenimiento a las obras que conservan bajo su cuidado, muchas veces comidas por la humedad y los ratones. En fin, llámese subdesarrollo.

Poema Colectivo "Revolución", trabajo de

Félix Beltrán, Cuba.

La exposición Arte≠ Vida. Acciones por artistas de las Américas, 1960–2000 estuvo primero en El Museo del Barrio, Nueva York, del 2 de junio al 23 de agosto de este año, bajo la curaduría de Deborah Cullen. Fue la primera en ofrecer un panorama de acciones de arte y performance realizadas en las últimas cuatro décadas por más de 100 artistas de América, incluyendo artistas latinos de los Estados Unidos, Puerto Rico, la República Dominicana, Cuba, México, Centro y Sudamérica.

Su objetivo era establecer una cronología respecto de las obras clave y, así, confrontar la escasa información que existe acerca de esta importante corriente de la producción artística de América Latina y el Caribe.

Las acciones –el tema básico de la exposición-  son acontecimientos interactivos que se desarrollan en la calle u otros espacios públicos, en museos, galerías o sitios privados, y generalmente hacen uso del cuerpo del artista y/o su sustituto en relación directa con un público que participa en ellas de manera consciente o inconsciente. Las acciones en las que se enfocó esta exposición fueron creadas por artistas con una intensa trayectoria de prácticas performativas, o quienes realizaron eventos puntuales de tal importancia que se convirtieron en referencias obligadas.

Según los organizadores, el título de la exposición, ArteVida, problematiza lo que consideran lugar común de que el arte es equivalente a la vida y la vida es arte. Muchas de las obras hacen ver que aunque el arte afirma y celebra la vida con una fuerza regeneradora y afina y provoca nuestro sentido crítico, las acciones de arte que abordan la desigualdad y los conflictos no equivalen a la vida real vivida bajo circunstancias de represión.

Tania Bruguera

La muestra recogió manifestaciones de unos 116 artistas y colectivos de artistas; estuvieron representados en Arte ≠ Vida, entre otros, ASCO, Tania Bruguera, CADA, Lygia Clark, Papo Colo, Juan Downey, Rafael Ferrer, Guillermo Gómez-Peña, Alberto Greco, Alfredo Jaar, Tony Labat, Ana Mendieta, Marta Minujin, Raphael Montañez-Ortiz, Hélio Oiticica, Tunga y artistas contemporáneos practicantes del género como Francis Alÿs, Coco Fusco, Regina José Galindo, Teresa Margolles y Santiago Sierra. 

Constó de cuatro secciones principales, correspondientes a cada década representada a partir de varios temas específicos que con muchas veces atraviesan las fronteras de lo nacional. 1960-1970 incorporó una selección de precursores tales como el señalamiento, el destructivismo y el neoconcretismo; 1970-1980 dio paso a la protesta política, la lucha de clases, los happenings, las relaciones entre tierra y cuerpo y el franqueo de fronteras; 1980-1990 se enfocó hacia protestas contra las dictaduras y en paisajes de ensueño; y 1990-2000 hizo referencia al Quinto Centenario, el multiculturalismo, el posmodernismo y la persistencia. Una última sección ofrecía intervenciones que algunos artistas han realizado en la televisión en los últimos veinte años.

En México se presentó un registro básicamente fotográfico –con excepción de algunos videos y objetos–, que daba cuenta de esas cuatro décadas de happennings, acciones, eventos y performances, así como de los grupos e individuos que impulsaron dicha forma de hacer arte.

Entre los grupos representados estuvieron Grav, CADA, Tropicalia, el No Grupo o el Taller de Arte Fronterizo. Hubo la presencia de movimientos donde no sólo había artistas sino escritores, como fue el caso de El Techo de la Ballena, en Venezuela, activo entre 1961 y 1968, del cual formó parte Salvador Garmendia. Así como el trabajo multidisciplinario de Alejandro Jodorowsky, con los happenings que organizó en México a comienzos de los años 60.

Agradezco la colaboración, proporcionando información y fotografías, de Sofía Olascoaga y Renata Becerril, quienes tuvieron a su cargo la curaduría y la coordinación de las Sesiones Intensivas. .

Coordinación de Educación
Museo de Arte Carrillo Gil
Av. Revolución 1608, San Ángel
Mexico D.F.
55 50 62 60
55 50 39 83 ext. 113

www.museodeartecarrillogil.com

César Horacio Espinosa Vera. Mexicano. Escritor, docente, poeta visual. Creó y ha sido coorganizador de las Bienales Internacionales de Poesía Visual y Experimental (1985-2009). Autor de libros y ensayos sobre poesía, arte, política cultural y comunicación, uno de ellos -en coautoría con Araceli Zúñiga- La Perra Brava. Arte, crisis y políticas culturales, del cual una selección de textos aparece en Ediciones Especiales de esta revista virtual.

e-mail: poexperimental@gmail.com

http://postart1.blogspot.com/

 

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