Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Novela

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NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XX
X

 

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.

Nicolás Boileau

Por Jesús I. Callejas

LA DESCARGA

Electrochoque... Atención: No rudeza a la sensibilidad auditiva; mejor llamarla terapia electro-convulsiva. Suena armónico, al uso de un curso de las escuelas vocacionales que se multiplican por la ciudad arañándole préstamos al gobierno para robar en nombre de los ingenuos usuarios. Demasiada gente alrededor del coliseo. Usted es paciente ingresado. Sí, pero llegué en plan de ambulatorio… Correcto, aquí lo veo. Su doctor ya viene. Debe estar carbonizándole la cabeza a otro infeliz… ¿Qué dice? Que el doctor no para con tanto trabajo. Es verdad. Bien, ahora el anestésico y un relajante muscular. Así. Ahora los electrodos en cada lado de la cabeza. Morder duro para no destrozar la lengua. No se asuste: la pérdida de memoria y la confusión son transitorias.

Escáner Cultural nº: 
193
Invitado

NOVELA: YO BIPOLAR.

Capítulo XXIX

 

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,

sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.

Nicolás Boileau


 

Por Jesús I. Callejas


PARANOIA

De nuevo nos amenaza la celebración navideña, pero este año me negué rotundamente a asistir; la capacidad de resistencia disminuye. Qué no daría por ver a todos mis hijos unidos, clamaba mamá sin dejar una y otra vez de lamentar mi ausencia. Al tildarme Marta de egoísta, Rosario reiteró que no me interesan las reuniones, ni siquiera familiares, que prefiero estar solo. ¿Cuándo entenderán que es un enfermo?, incluso Julia intervino.

Un psiquiatra cliente mío asegura que detrás de cada loco hay un sinvergüenza, soltó Alberto con su carcajada de hiena mientras encendía un puro. Sólo Marta le hizo eco. Amonestación de mamá: Alberto, me desagrada que hables así; tu hermano es un muchacho que solamente padece de desajustes nerviosos. No voy a tolerar esa palabra en mi presencia; ya lo sabes. Punto final. Al rato bajó la tía Josefa con su hijo, el ex-monstruo Carlos, y la nueva novia de éste, cierta lánguida modelo rubia; guapa pero, para mi churrigueresco gusto, un depósito de huesos.

Lo inusual llegó al final de la celebración: la dulcecita Hilda se excedió con el vino tinto y comenzó a quejarse del tiránico Alberto, mostrándose indiscreta al revelar que mi hermano aún no ha podido superar su conflicto infantil de "mojar las sábanas". Mi hermano le arrebató la copa y la remolcó a la cocina, donde Marta la inundó de café. Los “digitales” –al igual que la nieta de la Robinson y su novio, miran inexpresivos, como si uno fuera invisible, hacia la distancia que no existe-, Esteban y Luis, hijos de ambos, desesperados por terminar la comida y largarse con sus novias a un bar con docenas de neutrones chocando entre humo, música estridente y televisores en cada esquina. La gente es apenas capaz de mirarse de frente, menos a los ojos.

Escáner Cultural nº: 
192
Invitado


 

NOVELA: YO BIPOLAR.

Capítulo XXVIII

 

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,

sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.

Nicolás Boileau


 

Por Jesús I. Callejas

UN POCO AFUERA
 


Me siento especialmente compulsivo en estos días resecos: He llegado a creer que haciendo ciertas tareas con mayor rapidez puedo alterar la velocidad del tiempo… Engañarlo. El asunto empeora. Ah, el orden, el orden. Incluso, un libro fuera de sitio se hace agresivamente desproporcionado. Bien; provechoso que entiendas las reacciones de tu comportamiento, afirma satisfecho el anciano psicólogo. Agobiante no poder resolverlas. Recuerda: sobrellevarlas, no resolverlas. Usted no se imagina lo mucho que pesa ese fardo, doctor.

¿Cómo va el diario?, me evade como si no me percatara. Va hacia ninguna parte… He escrito bastante, pero no me gustaría que usted lo lea. No es tal mi propósito, y se reclina. A veces lo he pillado somnoliento durante la terapia, pero es más cálido que el psiquiatra; éste no es precisamente cálido, sino amable… Tanto uno como otro reciben más de cien billetes por consulta. Cualquiera sería encantador con un trabajo así. Pero es innegable que la gente se rompe las bolas estudiando para conseguirlos. ¿Estarías dispuesto a eso? No creo, pero veo que tergiversas el punto nuevamente. Temprana noche aún. Intentaré leer un poco a ver qué tal anda mi concentración; quizás geografía o alguna novela. Sí, pero son libros pequeños, de un volumen. Hay enciclopedias repetitivas, bosques de inutilidad, que es mucho peor. Ir a la biblioteca durante la semana a entregar videos, pero primero debo pasar por la oficina de correos más cercana para enviar el pago mensual del servicio de cable.

Escáner Cultural nº: 
191
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NOVELA: YO BIPOLAR.

Capítulo XXVII

 

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,

sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.

Nicolás Boileau


 

Por Jesús I. Callejas

MEDICAMENTO BARRIO

Coincidí con Amelia justo en la puerta del edificio: Buenos días. ¿Cómo está? No me quejo, respondí falso, mientras sin detenernos ella pasaba, oh, pulsación de céfiro, cerca de las butacas en el recibidor donde los viejos estruendosos discutían las noticias del día. Me asomé a la ventana. Amelia emergió del edificio en negro siendo una silueta de Las mil y una noches. Disfruto verla rodear canteros hacia la amplia acera del edificio plano en pos de nimios sortilegios; deseando que la siga. ¿Es su propósito? ¿Volteará mirando cómplice hacia mi ventana, tal vez para disolverla como Orfeo a su Eurídice?, ¿Cómo procesar la píldora en el engranaje? Avanza en horizonte lineal sobre la cabeza de Amelia.

Doctor, diría que la Trenvega no me está haciendo efecto últimamente, y lo peor es que me provoca demasiado sueño. Te recetaré una igualmente efectiva que espero te caerá mejor: Vivaril. Asistí a la farmacia ahíto de ilusión como cuando los Reyes Magos me dejaban los juguetes junto al árbol navideño. ¿Qué aspecto tendrá mi píldora nueva? Parece que desenvuelvo un paquete de regalo. Es una cápsula, no una pastilla, pero muy bonita: mitad verde esmeralda, mitad verde marino. Supongo que así puede sentirse uno el día de su graduación, cuando está listo para bien servir a la sociedad y sus perínclitos valores. Los eones políticos se unen para decretar un himno y yo, en la tarima, acompañado por retumbes y banderas, fanfarria, ceremoniosamente trago mi primera Vivaril. Ha sido un día histórico, señores. Suena un pedo con aroma a cornetazo. Me arrojé, vocación de balón, sobre el sofá. Documental. El Egipto faraónico. Incestuosos faraónicos, y me dormí recordando las preñadas tetas de Julia. Soy organizado por una razón simple: ya que mi cabeza se desempeña en desorden trato de evitar la confusión externa; de lo contrario viviría sería el caos.

Escáner Cultural nº: 
190
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NOVELA: YO BIPOLAR.

Capítulo XXVI

 

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,

sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.

Nicolás Boileau

 

Por Jesús I. Callejas

ASEDIO

Sorprenden algunos insectos; asombra que esos pequeños montoncitos sean capaces de tanto. Las cucarachas son holgazanas; se trasladan con despreocupación. Se detienen de pronto, sus antenas satelitales husmean, reconocen, y quedan ordenadas, listas para que mi primo Carlos las incendie. Pero otro enemigo acecha. La tribu hormiguera despliega su sistema de señas tras la pared del holocausto que le sirve de madriguera y, sin aviso, se lanzan en masa las atacantes. Cadáveres volteados de cucarachas, bandejas cargadas por las ordenadas hormigas que tejen redes de esperma, deseosas de tragarse todo lo que encuentran.

Una de las cucarachas percibe a una compañera agonizando entre el tropel apachurrado en medio del salón de banquetes, en ruta hacia el horno matorral y acontece la desbandada; todas las hormigas se precipitan en cuanta dirección exige el libro de rescates-o de recetas-, apuran retrocedidas patitas, tosen conjurando mil fórmulas. Al fin, una de ellas se envalentona contra la cucaracha que la detesta desde el primer folleto atardecido, pero la persistente cucaracha ruge: ¡Hora del desquite, abusiva cabroncita, ventajista!, y la mordisquea salvajemente. Tobillos al aire, masticación paciente. Es como una corista dando pataditas mientras un sucio vaquero carga con ella hacia el granero próximo con la bragueta abierta.

Escáner Cultural nº: 
189
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NOVELA: YO BIPOLAR.

Capítulo XXV

 

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.

Nicolás Boileau


 

Por Jesús I. Callejas
 

CRISIS

En la consulta del psiquiatra vi y escuché discutir violentamente a un barbudo asirio y a un enano cartaginés que habían sido sometidos a electrochoques. Interesante: aseguraron haber notado una creciente mejoría al manejar complicadas zonas de recuerdos. Raro: Cuando el barbudo sentó al enano sobre sus rodillas, asemejando un ventrílocuo con su muñeco, y comenzaron a discutirse derechos sobre un juego de tarot criollo, cuatro enfermeros tomaron rápida acción colocándolos en habitaciones diferentes. ¡Alarmante! Tres semanas sin bañarme: uñas ennegrecidas -catastrófico: me asquean mis propias manos-, el sudor agrio como yogurt, el cabello tan grasiento que los dedos se colocaron peluquitas de brillo.

Aparece, sin ser convocada, una jefa de embarque con quien trabajé en un almacén de libros. Al recibir una orden de despacho de manos de una oficinista de zonza cabellera comentó cuando se alejaba: Tiene tanta grasa en la pelambrera que la puede exprimir sobre una sartén y freír los tostones en ella. La lúbrica vieja -bembona, cabello corto teñido de melocotón, con menos afición por los tostones que por el plátano macho, exageradísima protuberancia a estribor y escaso frontispicio-, fue descubierta ejecutándole felación a un camionero tras la carga bajada de su rastra y ambos fueron despedidos. A esta altura deben estar más que retirados, invernados; las mamadoras bocas a nivel de torcida parcela. Los labios de esa mujer, dignos de una talla polinesia, no se aleja... ¡Cuidado con la bragueta perseguida por aerodinámica dentadura! Baño: torrentes de agua tibia con jabón, estropajo, recorte y cepillo en las uñas; duchazo frío al final. La vida no es tan mala; hoy tienes aspecto reposado.

Escáner Cultural nº: 
188
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NOVELA: YO BIPOLAR.

Capítulo XXIV

 

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,

sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.

Nicolás Boileau

 

Por Jesús I. Callejas

CONSUELO DEL ARTE

Una instalación. Mi inicial contacto con esa clase de demostración “artística” ocurrió cuando en una rectilínea galería situada en el centro de la ciudad, a la que asistí acompañado por Ramiro, gran amigo pintor de acusado perfil renacentista, al que veo de tanto en tanto, tropecé -casi me caigo-, con la esquina de una gigantesca alfombra y le propiné par de patadas intentando sacarla del camino. Cáustico, me alertó Ramiro: ¡Que no te crean un saboteador! ¿Por qué? Hombre, estás pisando la "obra de arte", y conteniendo la carcajada destacó una etiqueta rectangular con los datos de la pieza bajo mi zapato. El comentaba y comentaba, mientras yo vagaba y vagaba alrededor: Nada nuevo; un concepto canonizado apología por los dadaístas, el arte conceptual y el pop art. Se impone una hermenéutica visual fulminante, para que yo pueda gustar del arte contemporáneo.

Lo paradójico del asunto es que la mayoría de los "artistas" del momento son más descuidados que los espectadores. Superior escrupulosidad y respeto muestro apreciando una pieza de arte que muchos de ellos para elaborar las propias. Consideran inútil el oficio, pero lo cierto es que incluso un maestro que termine enviando la preparación a paseo sabe reciclar la técnica en su beneficio. Para mí un pintor que no sepa dibujar es una soberana mierda. Es requisito mínimo. Me detuve en el surrealismo, pero estos imbéciles intentan comenzar en el aire. ¿Qué opinas? La pereza me enmudeció hasta alcanzar un recodo del segundo cubículo: Bueno, mi visión del arte tiende a emparejarse con la tuya: me placen mucho más los tradicionales; sin embargo, tengo dudas acerca de la vehemencia con que opinamos y es precisamente ahí donde irrumpen en manada los cuestionamientos.

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187
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NOVELA: YO BIPOLAR.

 

Capítulo XXIII

 

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,

sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.

Nicolás Boileau

 

Por Jesús I. Callejas

EL LIBRO

Permanezco aterrado ante el destino de las bibliotecas. Recién he arribado con datos escalofriantes. Sabido que los tradicionales tarjeteros han desaparecido bajo avasalladoras computadoras -Rosario me ha enseñado a usar la Internet para que no me tome desprevenido-, pero es ¡peor!: planean borrar el libro de la estantería. ¡La desaparición del libro cual artefacto físico! Horror, las bibliotecas digitales son su némesis. ¿Una variante de Ray Bradbury en su Fahrenheit 451? Habrá libros, sí, pero reducidos a piezas de museos. La Internet se apodera de todo.

Parece que accederemos a los libros con achacosos propósitos investigativos, no por placer intelectual o estético. ¿Y qué de lo sensorial? ¿Olvidar el manto de polillas agujereando túneles en murallas de acechantes letras, el seco desplazar de codiciosos dedos por superficies de áspero océano, el hedor de páginas manchadas inseparable de su yugular de tinta cortada por seco golpe eléctrico? Pronto olvidaste las varias infecciones adquiridas por libros contaminados con bacterias. Hasta me ha gustado lamer libros... ¿No te digo? Estás jodido. ¿Se extinguirá la fibra vegetal para regocijo de los que propugnan la inmediatez del "planeta verde", la manida conservación natural? Aterra balbucear la espantosa frase: EL LIBRO HA MUERTO. Urdimbre muda. Desconcierto ante la tecnología informática. ¿No se dice que todo pasa? Sí, pero asusta su rapidez.

Como le diría el lirón a la maravillada Alicia durante el juicio de las tartas, “no hay derecho a crecer a tal velocidad”. No puedo desapegarme... Lo individual... Con mis libros estoy solo, y mejor. No te apegues... ¿No existe apego cuando se busca el desapego? Lo que vendrá es contigo y sin ti... Joseph K. ante escritorios similares a ataúdes del espíritu… si existe el espíritu. Latón universal donde desembocar miserias. Alineadas formaciones de computadoras sustituyendo anaqueles, barridas toneladas y toneladas de volúmenes de espacio destinado a millones de frases que han erigido en crónica la historia humana recordándonos peregrinaje resistente contra la catástrofe de la especie. Información reducida, empaquetada, tapiada en circuitos en los que filosas teclas, armadas con la furia resentida del milenio, descargan su señorial poderío electromagnético para deslumbre de nuestra portentosa ceguera. Lo que ahora digo lleva el estigma de computadora sostenida en lo invisible. Bien, de sucumbir el libro debería comprometerme a escribir a mano; sería mi solitario acto de protesta. Pero no depende de mí; además, estoy medio reumático.

Siguen cayendo bombas mientras el petróleo genera plástico para las tarjetas de crédito, refinado estrato de la usura moderna. Una espada de petróleo abarcando puntos cardinales; hexágono diamantino apuntando a las galaxias. El libro tecnológico: el artilugio denominado Kindle, similar a un cuaderno o pizarrita. Especial ventaja de las bibliotecas digitales supondría traer de vuelta a autores en desuso, e incluso favorecer a aquéllos no publicados, compelidos a amontonar su labor en armarios decorados con retorcidos hongos. Grotesco andar cargando del cuello esos diminutos termómetros conteniendo millones de libros y películas. Los DVD, que prometían nitidez incomparable, desplazaron a los videos, que a su vez hicieron desaparecer a los Betas hace décadas, pero ya comienzan a ser arrinconados por la superior definición que ofrece el Blu-Ray.

Escáner Cultural nº: 
186
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NOVELA: YO BIPOLAR. 
Capítulo XXII
 
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados, 
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros. 
Nicolás Boileau 
 
Por Jesús I. Callejas 
 
SESIONES
 
Mi nuevo terapista -la golfista mudó consultorio y el lugar actual me sometería al uso de autobuses-, es el anciano de profusa barba, que más parece profesor de ciencias. Recontar mi vida. Sigue y sigue la carretilla de temores, fobias, obsesiones, angustias. Tantas veces lo he hecho que a esta altura es difícil aislar los recuerdos de la pura imaginación... que nunca es pura. Me aconseja persuasivo: Primero hay que embestir la depresión con actividad. El ansiolítico te ayuda, ¿no? Sí, doctor, me ayuda… Me ayuda a deambular como un puto zombi, pensé. Por suerte, me detuve a tiempo, ya que por poco también le digo: Y, por ende, me ayuda la rica “nota” que provoca. 
 
Debes salir más de tu casa, moverte. Eres o has sido aficionado a la lectura y la escritura… Sí, ¿cómo sabe? Fácil presumirlo por tus conversaciones sobre historia y literatura; te gustan las citas de clásicos, etc. Cierto, contesto con breve entusiasmo, pues no atino a saber si me elogia o me tilda de presuntuoso. Prosigo: Soy un escritor frustrado, doctor. Con respecto a mi afición por las citas; pues, me sacan de la vulgaridad sistemática; me ayudan a evadirla. Malo que el consumo me reclutase para las filas de este manicomio colectivo. Si uno lo repiensa honestamente todo es consumo; todo el mundo consume algo. Siento que debo escapar, escapar; me la paso huyendo de algo… No sé de qué o de quién… Calma, sonríe el anciano. Su historial ha visto bastante para dejarse impresionar por mis sentenciosas divagaciones. 
Escáner Cultural nº: 
185
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NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XXI


Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau

Por Jesús I. Callejas

LA ENCUESTA

Sigo revisando, en maniática, compulsiva agenda, la larga documentación de mi caso hasta atracar en el cuestionario que precedió a esa entrevista con la citada psicóloga, material complementado pesadamente por varias planillas de un historial laboral que se definió escaso pues sólo pude reportar diez de los casi cuarenta empleos (los de tiempo completo y los de medio tiempo) remolcados en mi periplo por ambos dominios de cautiverio: estatales y privados.

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184
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NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XX


Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau

Por Jesús I. Callejas

EVALUACION

Hoy dormí tres siestas. ¿Por qué no morir de placidez? ¿Mejor matarse con lentitud desmemoriada? La muerte o el olvido de ser... o del Ser. Sigue comiendo mierda encaramado en la nube con el arpa desflecada. Al ir a una burocrática gestión del seguro social, la empleada se mostró grosera porque no entendí sus indicaciones. En ocasiones puedo ser bocón, impertinente, por lo que he tenido que aprender a controlar mi virulencia, más por conveniencia que por humildad, así que, en vez de responder a su desplante la miré compasivo discurriendo: Esconde la amargura, oh, carne infeliz, bajo tu culo gordo, defenestrado en la silla donde se mantendrá por treinta años en espera del retiro que tampoco le dará contento: No tendrás energía para disfrutarlo. Continentes apócrifos. Toda sociedad dual genera orates: Mastúrbate sin cohabitar; bebe licor sin emborracharte; haz vida social desconfiando del prójimo.

Escáner Cultural nº: 
183

EL HIJO DE LA VIRTUD de JP LONGOBARDO

Reseña

Título: El hijo de la virtud
Autor: Juan Pablo Longobardo Pérez

Datos de la publicación:
J.P. Longobardo
Thriller
Editorial Vivelibro

ISBN – 978-84-16317-19-6
Año de esta edición: 2014
N° de páginas: 300

 

Reseña escrita por Las Cuchus

J.P Longobardo se puso en contacto con nosotras y nos ofreció leer su libro. Una historia diferente a lo que nosotras estamos acostumbradas a leer, una historia que nos prometía rebeldía social y amor incondicional. Y la verdad que ha cumplido nuestras expectativas.

El autor nos ofrece a través de su libro una historia muy real a lo que estamos viviendo actualmente. Un mundo de violaciones, pederastas, corruptos…que suelen salirse muy a menudo con la suya. Pero, ¿qué pasaría si alguien decide poner fin a todo esto? ¿qué pasaría si la forma elegida fuera el terrorismo? ¿es el miedo capaz de frenar las injusticias? ¿o castigar a los malos de la misma forma que ellos castigan es injusticia?

Nuestro protagonista, harto de tanto abuso, de tanta corrupción, y de tanta gente que mira hacia atrás por solo un fajo de billetes, decide actuar y hacer algo. Algo que ponga fin a toda esta situación. Aunque para ello tenga que recurrir al terrorismo. Él y su grupo irán detrás de aquellas personas que por sus malas acciones merezcan ser castigadas violentamente, o simplemente, morir.

Invitado

NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XIX


Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau

Por Jesús I. Callejas


LA MADRE

Mamá me visitó -lo hace a veces, cuando me siento peor y no deseo tener contacto humano, espera que le avise; aunque nos llamamos a diario- y almorzamos juntos. Preparó sopa de mariscos. Mejor intento retroceder… Cuando rebana cebollas, tomates y lechuga atiendo a un elemental acto laborioso. Manchas, puntos obscuros, arrugas, acometen abruptamente esos gestos precisos que descansarán prontamente en la ensalada. El trazo, de no ser visto en este momento, ¿se perderá o regresará convertido en nuevo trazo? Sin percibir el risco acechante de la escurridiza crónica, tengo certeza de que los ademanes de mi madre han encanecido; aunque aún no alcanzo a saber si en medio siglo de memoria poética o cuando justo leo esta línea. Ante la atención detenida por el cansancio de generaciones la tristeza retoma estragos; queda astutamente embozada al aceptar ella que le es muy difícil entender los motivos de mi distanciamiento familiar.

Escáner Cultural nº: 
182

NOVELA: YO BIPOLAR

Capítulo XVIII

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,

sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.

Nicolás Boileau

Por Jesús I. Callejas

LA MUERTE

Escáner Cultural nº: 
181
Invitado


NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XVII


Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau


Por Jesús I. Callejas

MIEDO

El café descafeinado me conviene pero es pobre sustituto. Estimulantes para después aplastarlos. Disparatado, pero funciona. Hoy dormí, raro, hasta las diez de la mañana. Viene por mí… Calma, disimula echando mano de lo primero que se te ocurra… Nos recomiendan nutritiva dieta intelectual con el mejor sistema de publicidad desde las Cruzadas, “best seller” de Occidente... Qué pegajoso matadero de billetes: sangre descastada.

Actualmente debemos soportar burgueses con aires aristocráticos, patrocinadores de las artes; sí, supremos burgueses -preferibles a los burros de la clases media y baja-, a los que apenas se les ve por estar en sus mansiones o merodeando en limusinas sin asomarse.

Bueno, son los acaudalados sucesores de la monarquía y en sus manos ha quedado, ah, el patrocinio de la cultura clásica como atesorado en monasterios quedaron los residuos de la antigüedad.

Ni modo; a falta de monjes eruditos... Nos dicen: Venga esa jarra de cerveza; demagógico pulpito (no púlpito). Sevicia: ¿suficiente la cuota semanal? Soy petimetre de almacén sufriendo demoledora patanería de recursos, aunque me resista a las injurias. ¡Pasen al torneo sexual de las monedas!, vociferan, pero no los oigo. No sé qué opinará usted, pero es chocante saber que la gente gusta de contar billetes con indecencia casi sexual… ¿Le parece? Absolutamente. ¿Y qué? Como que y qué… Es terrorífico. No es nuevo; desde que existe el dinero en monedas siempre las han contado… ¡Ya lo sé, pero me sigue alarmando! La Reserva Federal es un mito; una cortina de humo para apropiarse del estado. Todo se mueve con dinero entumecido, o mejor dicho, inexistente. O sea, especulativo. Crean inflaciones y depresiones; planifican guerras y crisis…Tenga cuidado con lo que dice, señor. Se está metiendo en camisa de once varas…Lo sé, camisa que puede terminar siendo de fuerza… Me disculpo. Por eso; calibre sus palabras en lo adelante.

Escáner Cultural nº: 
180