UNA HISTORIA EN BOULDER, COLORADO (EL PARÉNTESIS DE RED ROCK)
UNA HISTORIA EN BOULDER, COLORADO (EL PARÉNTESIS DE RED ROCK)
Desde Nueva York, Silvia Banfield
El joven arquitecto dejó Washington en un Buick verde, con capota negra, de los años setenta y comenzó esa mañana de otoño a devorarse la carretera, la ruta que conduce al Oeste. Vestía un clásico jean y una casaca oscura, y su bota derecha estaba pegada al acelerador de manera descomplicada. Disfrutaba el viaje sin fin, en la gloria del asfalto, sobre ruedas que ignoraban los kilómetros. Afuera la estación completaba cualquier escena posible. Un largo viaje, con la idea loca de ingresar a una universidad liberal. Lo más lejos del río Potomac, estando tan cerca Nueva York. Esta historia no es mía, me la contó el poeta. Es tan verdadera como que la realidad existe. El arquitecto viajaba con un afgano, que también fantaseaba con una nueva y disparada, loca, realidad, en el Viejo Oeste, donde alguna vez o muchas veces, el amor fue fuego y cenizas, y volvió a encenderse bajo las rocas y el cielo azul convertido en pólvora cinematográfica. A eso iba, a explorar un sueño, a confirmar un deseo, recoger los frutos de una certeza. La carretera es tan larga como el olvido, me dijo una vez el poeta y se citaba así mismo, a un tiempo marcado por cicatrices antiguas.
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