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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Andy Warhol, 1928-1987

EL FIN DE DANTO: II. LA MODERNIDAD

Por Mario Rodríguez Guerras

direccionroja@gmail.com

La premodernidad

Greenberg y Danto tienen una pequeña disputa sobre el origen de la modernidad. Antes de las vanguardias reconocen la existencia de un período en el que el arte sufre una trasformación. Danto lo explica como el paso de la era mimética a la era moderna y lo establece en Gauguin. Greenberg, en Manet.

Ambos intuyen algo. Generalmente, los críticos han tenido suficiente intuición para apreciar los hechos. Por ejemplo, es sorprendente como todos los movimientos del siglo XX fueron aceptados, pues algunas manifestaciones distaban tanto de lo que se parece al arte que bien pudieran haber sido despreciadas por todos, pero fueron reconocidas pues poseían un sentido, por lo que es justa su catalogación. En lo que se han equivocado es en el grado de valor que se las ha asignado, un sentido no indica una profundidad.

Edouard Manet, 1832-1883

Sin embargo, Greenberg y Danto han cometido grandes errores. Pero estos críticos no se han dejado llevar por la intuición y han pretendido poseer razones para sus conclusiones.

La dificultad para conocer el error de una argumentación lógica es sobradamente conocida. Tal dificultad la advertimos, por ejemplo, en los pleitos en los que ambas partes, según sus exposiciones, parecen tener razón. Para el lego en derecho sería más fácil juzgar sin razones. Las argumentaciones producen tantos errores como el instinto pero son más difíciles de refutar. Por un lado, se desconoce la validez de los principios (desconocemos si dos y dos son cuatro) y se desconoce la adecuación de tal principio al caso presente (quizás en nuestro caso sean uno y uno). Por ello, una exposición lógica siempre parecerá válida. Pero para refutarla se precisa más razones.

Eugène Delacroix, 1798-1863

En el siglo XIX se produjeron cambios en el mundo del arte que llevarían a la aparición de las vanguardias. Pero, así como las vanguardias tuvieron una fecha de comienzo, la pre-modernidad debemos entenderla como la aparición de un nuevo espíritu en el arte el cual se manifiesta más lentamente.

Todo el siglo XIX es un tiempo de cambios. Ese siglo, una etapa del arte moderno en la que se practica la separación de las bellas artes, tiene tres apartados.

Eugène Henri Paul Gauguin, 1848-1903

En un primer tiempo, se pretende mostrar la validez de la teoría clásica de que la obra de arte está compuesta por idea y forma. Esto prueba que, de alguna forma, ya se estaba cuestionando el contenido del arte, mejor dicho, prueba que ya se estaba analizando el arte. Ese sería el caso, por ejemplo, del romanticismo.

En un segundo tiempo, se cuestionaría si realmente es necesaria la idea. El realismo, por ejemplo, demuestra que el arte puede existir como forma sin idea.

A finales del siglo, el artista se pregunta si, ya que es posible renunciar a la idea, sería posible renunciar a la forma. Esto es lo que hace Gauguin.

Marcel Duchamp, 1887-1968

Las vanguardias

Así se entra en el siglo XX en el que la desaparición de la idea y la forma obligan al artista a preguntarse qué es el arte. Resulta llegado el momento anticipado por Hegel de analizar científicamente el arte. De ninguna manera el arte hace un análisis filosófico. El análisis filosófico sería cosa de la filosofía, lo que no impide que el arte se haga a sí mismo sus propias cuestiones, y se las resuelva.

Entonces, el arte abstracto ofrece una pista y dice que el arte es materia. El expresionismo le ayuda afirmando que el arte muestra una figura. Y el cubismo explica que se precisa una técnica para ejecutar la obra, para confeccionar una figura con una materia.

Esta exposición muestra una continuidad en la historia del arte. No existe ninguna ruptura con el pasado. No existe la diferencia supuesta por Danto de una era mimética y otra de los manifiestos. Esta exposición establece una relación entre los hechos y la teoría. El cambio se produce lentamente y de forma justificada durante el siglo XIX, cuyos movimientos constituyen, no la pre-modernidad, sino las pre-vanguardias. La teoría que Danto expone no demuestra la relación de hechos con las conclusiones.

Arte primitivo y vanguardia

El arte primitivo solo sirvió a las vanguardias como inspiración.

El arte occidental inmediatamente anterior era un arte muy elaborado. Los artistas buscaban la esencia del arte y precisaban formas simples en las que encontrarla. El arte clásico poseía demasiados elementos por lo que sería fácil confundir lo esencial con lo accidental. La sencillez de la construcción de la escultura negra podía orientarles en su búsqueda. El arte primitivo y el arte de vanguardia poseían formas simples y en eso se asemejaban. Pero solo en eso. Los objetivos que perseguían eran distintos: eran opuestos. El arte primitivo buscaba realizar una representación, para ello, al artista le bastaba con  intuir como elaborar una obra. Creaba la unidad de los elementos. El arte de vanguardia quería saber “a ciencia cierta” cómo se hacía esa representación. Identificaba los elementos por separado, fragmentando la obra. La imagen que plasmaba y que el espectador percibía era anecdótica, era la demostración de haber logrado su objetivo.

La particular relación entre arte primitivo y vanguardias sirve para demostrar que el arte del siglo XX no constituye ninguna forma superior de cultura. El análisis de los elementos de la obra, que los pueblos primitivos integran en la obra junto con la idea y que los artistas modernos muestran por separado, es signo evidente de la reducción de las formas artísticas modernas. No es un retroceso, la cultura no retrocede, solo el pensamiento de algunos hombres, pero es una reducción del contenido de la obra de la que se ha eliminado la idea y ciertos aspectos materiales. Por su parte, las obras primitivas constituyen un avance puesto que son superación de las formas anteriores. Consideramos que no puede existir retroceso  en el arte, pero eso es lo terrible, pues se demuestra que la evolución supone un recorrido hacia abajo: Todo progreso implica alguna reducción.

Tampoco el cubismo se vio influenciado por el arte primitivo. El interés de Picasso fue también anecdótico. Si en Las Señoritas de Aviñón quiere verse en los rostros alguna referencia al arte negro quizás pueda hacerse pero esa influencia no pasó de esa muestra. Esa obra constituye sin la menor duda la primera obra cubista. Le sobran los elementos decorativos, como la mesa, la fruta y las cortinas. También es excesivo el número de personajes. Pero en las figuras se demuestra el interés de Picasso por analizar la forma de ejecutar la representación. Las figuras carecen de volumen y marcan los contornos y las posiciones relativas de las formas reducidas a volúmenes geométricos; y eso es cubismo. Cuando en 1912 Picasso realizó la escultura de una guitarra ya había definido el cubismo geométrico y el analítico y estaba desarrollando el sintético.

La referencia de Danto al arte primitivo es una astucia para poder justificar la aprobación de lo que llama arte de la comunidad. Es Danto quien establece que un montón de arena es tan alto como el monte Tenerife (P. 133). Cuando afirma que “la forma es la forma”, quiere relacionar las obras primitivas con el arte del siglo XX mediante un mismo principio para relacionar más adelante el arte de la comunidad con el de los artistas.

Andy Warhol, 1928-1987

La caja de Brillo

La caja de Brillo de Warhol no tiene un sentido distinto de la obra de Duchamp y, además, continúa dentro de la modernidad. La caja de Brillo no indica ningún cambio en la historia del arte.

Más significativas pudieran haber resultado las imágenes de personajes famosos de Warhol trasformadas en objetos, las cuales nos darán la clave para entender las Cajas de Brillo, ya que son la misma cosa. Con esas obras Warhol no plasma la imagen de una persona, Warhol no representa personas. Las serigrafías de Marilyn, Elvis o Mao recogen la imagen que de esas personas tiene la sociedad a través de los medios de comunicación. Warhol se apropia de un icono de la cultura popular para utilizarlo en el arte, para utilizarlo como arte.

Este acto pudiera parecer un acto de apropiación. Pero las vanguardias tienen por objeto el estudio del arte (el arte como objeto del arte). Los iconos populares no son arte. Son un objeto admirado por la masa, la cual no alcanza a comprender el valor del arte y obtiene una especie de satisfacción sucedánea de esa forma. Por ello, Warhol no practica apropiacionismo, se limita a representar. Esa forma de actuación no es apropiación.

En la obra de Warhol podemos analizar tres aspectos. El origen: la utilización de un elemento ya producido. El arte: un significado. El fin: una intención política, social o socializadora de demostrar que todo el mundo puede ser un artista. Esta afirmación la realiza presentando iconos sociales, con ello se comprueba que no es preciso poseer un gran talento para elaborar arte. No obstante, si alguien pretende ejecutar arte superior, puede utilizar sus pinturas con números para colorear y realizar una representación por medios clásicos siguiendo sus instrucciones.

De esta forma queda establecido que tratar de los orígenes o de los fines del arte no dice nada del arte. El origen y el fin de Warhol son muy distintos de la obra artística que realiza, una representación. El análisis de su obra demuestra que realiza una forma de arte figurativo, identificando uno de los aspectos de la obra de arte clásica.

La caja de Brillo no posee un significado distinto de aquellas otras obras de ese autor ni un sentido trascendente en la historia del arte, tal y como defiende Danto.

Hemos dicho que la obra de Warhol no es apropiación artística porque no se apropia de elementos artísticos ya que utiliza elementos de la realidad. Eso es el fundamento del arte. Pudiera ser una repetición del gesto de Duchamp. Esto, aparentemente posible, no se correspondería con un acto de un creador, y Warhol lo era. Pudiera argumentarse que fue un error del artista. Tampoco sería así, en todo caso, seguiría siendo imitación, un acto ya realizado que no posee un sentido original y que no precisaría de una nueva interpretación, ni de una consideración.

Para entender el significado de la caja es necesario, primero, entender la obra de Warhol, la cual consiste en negar la calidad del arte y la genialidad del artista utilizando elementos comunes al alcance de cualquier persona y que él ha elevado al concepto de arte, aunque tal vez no a la categoría de arte. Con esa intención ha elegido técnicas sencillas de creación que también puedan ser practicadas por cualquier persona sin necesidad de poseer ninguna destreza. La fotografía, la serigrafía y la coloración de plantillas las pueden realizar todos los hombres.

En segundo lugar, es necesario saber qué es la caja de Brillo y descubrir su diferencia con un urinario. El urinario es un objeto material del mundo real, pero es un producto industrial para la construcción. El jabón es un producto de consumo destinado al comercio con particulares. Pero Warhol no mira el jabón, el artista mira el embase, lo mismo que el consumidor, a quien se le ofrece un producto presentado de forma atractiva mediante una imagen cuidada en la que se muestra una representación. Warhol no mira un objeto, mira una imagen impresa, bien que en este caso se ha plasmado sobre un objeto tridimensional. La diferencia entre el urinario y la caja es que aquel tiene la consideración de un objeto y esta, la de una imagen. El urinario es un ready-made. La caja un ready-print (imagen ya diseñada).

Danto nos convence de que el urinario y la caja de Brillo son la misma cosa cada una con el espíritu de su propio tiempo. La caja y el urinario no son lo mismo bajo diferentes puntos de vista. Son dos cosas distintas bajo un mismo punto de vista. Justo lo contrario de lo que insinuaba Danto. El urinario es un objeto; la caja de Brillo, una representación;  y esto se completaría con la lata de Manzoni, cuyo contenido haría referencia a la sustancia, es decir, estarían haciendo referencia a los tres aspectos que se pueden identificar en la materia con la que se compone una obra de arte clásica. Estas expresiones artísticas estarían relacionadas con el arte conceptual, el figuracionismo y el arte matérico. La caja de Brillo no ha resultado ser una interpretación del urinario con el espíritu de otra época. Podríamos decir que los artistas hacen lo correcto aunque lo hagan instintivamente, y que los teóricos hacen lo incorrecto porque obran racionalmente.

Marilyn Monroe 1926-1962

Las cajas de Warhol no cambiaron el arte, completaron un aspecto del análisis científico del arte. La historia del arte y su evolución hubieran seguido por el mismo camino sin ellas. Necesariamente, se hubiera propuesto otro objeto con una imagen (sopas Campbell). La crítica cometió un error. La lógica llevó a una equivocación que, aparentemente fundada, no se supo refutar y se acabó por aceptar. Y se acabó por aceptar toda lógica, más bien, toda argumentación. En el mundo moderno, la argumentación posee mayor poder de persuasión que la evidencia. Se llama irracional a quien “no comprende” las razones de la palabra. Así mismo, sin las famosas cajas,  la crítica hubiera seguido por su camino, es decir, hubiera encontrado otra razón con la que justificar el supuesto cambio de mentalidad artística en el que fundar la posthistoria.

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