Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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EL SENTIDO DEL OBJETO COMO ARTE

Por Mario Rodríguez Guerras

Toda representación, que es percepción del mundo, exige un objeto. La nada no se percibe, ni se concibe. En el mundo podemos apreciar la voluntad o la representación: podemos ver en los fenómenos las ideas o los conceptos. El arte clásico reflejaba ideas. Desde finales del siglo XIX el arte expone conceptos, elimina la idea y solo le queda analizar el devenir, el suceso físico. El arte se ocupa entonces de los elementos que componen la obra: la materia la técnica y la figura que analiza en cada caso mediante tres estudios distintos. En el caso de la materia uno de los estudios se ha reservado la denominación de arte conceptual, lo que no quiere decir que los demás no lo sean. Es un término para una designación aunque más adecuado resulta el de arte objetual.

Una mayor aclaración del arte conceptual solo pude ser empírica, mediante evidencias que no puedan ser negadas, pues somos conscientes de que la exposición teórica realizada puede ser objeto de errores de interpretación.

El arte conceptual  muestra un objeto, ampliado posteriormente para recoger también todo el proceso de su creación, al fenómeno de la causalidad. El concepto que se muestra en la obra es algo añadido por el artista con una intención determinada de acuerdo con su ideología. Un cuchillo en manos de un carnicero es un instrumento de trabajo, aunque en el ámbito policial se identifica con el delito y recuerda constantemente al atracador de un supermercado. En la mesa es síntoma de buenas costumbres, de forma que lo que está mal visto es no usarle. El uso de este objeto por parte de sus poseedores no ofrece más que una descripción de las circunstancias (del fenómeno, de la causa que lo provoca) y, aunque lográramos enumerar todos los usos posibles, la descripción no implica ejercer la capacidad de comprender, es decir, no se habría alcanzado el sentido del fenómeno, no habríamos dicho nada del objeto. Profundizando por ese camino se alcanzaría a comprender la idea que desea trasmitir el artista.

Si las teorías se expresan mediante frases, la referencia última de una teoría reside en el significado concreto de cada una de las palabras con las que se formula. La conclusión que alcanza cada individuo que realiza una exposición nada dice sobre el significado de las palabras que emplea. Y precisamente las emplea porque ya contienen un valor. El lenguaje es un medio de expresión pero no determina su contenido. Es la intención del autor la que, conjuntando varios elementos, nos ofrece una conclusión propia, un sentido de su pensamiento, pero no un sentido del elemento con el que le expresa.

                       

Otro pensador puede alcanzar con las mismas palabras una distinta conclusión: y el sentido de las palabras ha permanecido inalterado. Distingamos entonces los dos sentidos que existen en la obra conceptual, el contenido de ese estilo y la intención del artista. Podríamos decir, el fenómeno depende de las circunstancias: variables en cada caso -en la obra, las que impone el artista. Pero el concepto permanece: es constante.

En el pensamiento abstracto es el significado de las palabras la referencia última. En la obra de arte el mensaje se alcanza por la elección deliberada de elementos básicos, cada uno de los cuales también posee un valor y este valor es lo que permite al usuario un uso. Los objetos, al igual que los conceptos, tienen su referencia, y la referencia del objeto es la materia y la materia se explica únicamente por los principios de razón. Para completar la explicación digamos que la intención del artista se explica por la motivación.

El abad Suger "inventó" el gótico para ensalzar un poder, pero tanto la iglesia como el estado utilizaron ese estilo para su propio interés, que eran intereses opuestos, con lo que se demuestra empíricamente que el uso de un objeto nada dice del objeto y mucho del usuario. La historia del arte, con mucha sensatez, no estudia el gótico como demostración de poder de la iglesia y  de los emperadores, estudia las formas comunes de los edificios.  Busca su sentido con independencia de la intención de su creador, que hoy sería considerada corrosiva pues pretendía minusvalorar al contrario. El gótico tiene unas formas plásticas  y su análisis artístico es independiente de la intención política del abad así bien se pudiera demostrar la íntima relación entre ellos, aunque uno fuera causa y otro efecto. Son dos cuestiones distintas que requieren un análisis independiente.

El desnudo de Manet sobre la hierba debía tener una intención cáustica, pero Manet no introdujo el desnudo en la pintura, el desnudo había sido apreciado como muestra de la esencia humana. Lo que hizo este artista fue darle un uso distinto de acuerdo con esa intención corrosiva. El desnudo en si no es corrosivo. Un desnudo es una persona sin ropa: ya sea una diosa o una fulana.

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