WALKA: DE JOYAS Y DE ANIMALES
WALKA: DE JOYAS Y DE ANIMALES
Por: Ximena Jordán
Taller Walka: una convergencia de acciones estéticas
Entrar al taller Walka es entrar a un espacio donde convergen actividades que normalmente encontramos en lugares distintos. Aquí se hace orfebrería tanto como reciclaje, pues muchas de las joyas provienen del rescate de materiales tomados convencionalmente como desechos. En Walka se recrea una tradición familiar proveniente de tres generaciones hacia atrás al mismo tiempo en que se innova en cada una de las líneas de joyas que van naciendo en el taller. Se practica la local artesanía en cuerno de buey, haciendo tributo a esta costumbre del folclor de la zona central de Chile (chicha en cacho y derivados) al unísono con la globalización de Walka como embajador de la orfebrería chilena, pues las joyas Walka ya ha sido modeladas y exhibidas en Los Angeles, CA y en Melbourne, entre otros países externos al nuestro.
Encontramos en este taller producción de Arte Privado (aquél que es de uso y tenencia personal), constituido por las joyas y accesorios que están a la venta a todo público, tanto como producción de Arte Público (aquél que es de acceso y apreciación masiva). Esto último es debido a que Walka ha incursionado en el ámbito de la acción de arte y de la performance, algo que no muchos talleres de joyería hacen y que sin duda es un aporte significativo a la cultura visual y medioambiental.
¿Cómo puede estar todo esto siendo abarcado por un mismo grupo de artistas?
No hay una respuesta definida para tal interrogante, pues sin un propósito previamente definido y sin un ansia de romper con lo establecido, simplemente así sucedió. Y los resultados están a la vista de todo quien quiere contemplarlos y a la disposición de todo quien pueda comprarlos. Sin embargo, cabe hacer mención que TODO este hacer está enmarcado dentro de lo que Walka es como entidad artística, social y – por qué no decirlo – comercial. No estamos hablando entonces de dispersión creativa, sino de la organización de distintas creaciones que tienen como inspiración una misma línea estética, ideológica y conceptual.
Joyas y cosmovisión Walka:
Una joya es un objeto suntuario o un objeto de lujo. Esto quiere decir que no es un artículo de primera necesidad; no es indispensable para asegurar la preservación de la integridad física del individuo. Una joya satisface otro tipo de necesidad en quien la ocupa, las que no son físicas ni biológicas, sino más bien sociales y sicológicas. Entre estas necesidades podríamos enunciar ejemplos tales como: investidura social, indicación de autoridad, señalización de estado civil o de situación económica y decoración corporal.
Walka hace de sus joyas una obra de arte contemporáneo conceptual. En acuerdo con sus creadores, Claudia Betancourt y Ricardo Nano Pulgar, vamos a catalogar las joyas Walka como Orfebrería Contemporánea Conceptual. Como en toda manifestación estética que se puede catalogar como “conceptual”, el concepto que hay detrás de estas joyas es de igual importancia que la forma y que la materialidad que las constituye. Lo que “significan” es tan importante como lo que “aparentan”. La joya se constituye en signo - y a veces incluso en un símbolo - de las circunstancias que la inspiraron, y que la hicieron nacer con una forma, una técnica y una composición de determinados elementos.
El material “madre” del taller Walka es cuerno de buey. La tradición de trabajar el cuerno fue comenzada hace tres generaciones por Juan Hernán Betancourt, abuelo de Claudia. Este artesano desarrolló técnicas para producir “cachos” para tomar chicha, siendo estos cachos la tradicional copa del huaso chileno. Su hijo Juan prosiguió con el trabajo sobre el cuerno; esta vez experimentando con este material para la obtención de productos utilitarios. Uno de los hijos de Juan, el “Tuco”, estudiante de Licenciatura en Arte y activo orfebre del taller Walka, me comenta lo siguiente, mientras no deja de trabajar una serie de hermosos aros: “desde que tengo 5 años que manipulo el cuerno, porque cuando era niño me divertía en mis vacaciones intruseando en el taller de mi abuelo y en el de mi papá. Cuando fui un poco más grande, me enseñaron cómo ayudarles y empecé a aprender a trabajar con este material. Para mí el cuerno es parte de la formación que recibí de mi familia. Ahora estudio arte y también pinto, pero el trabajo con el cuerno es algo muy anterior”
.
Tuve la oportunidad de iniciar mi amistad con Ricardo cuando ambos éramos alumnos de la P.U.C. Es desde esos entonces (7 años atrás) que Ricardo Pulgar viene estudiando a los autores de filosofía y de derecho contemporáneo que han abordado el tema de los derechos de los animales. Un tema que francamente a mí como estudiante de Estética no dejaba de sorprenderme y del cual no podía dar ninguna opinión pues ¿quién conoce las investigaciones académicas en curso y las teorías existentes acerca de los derechos de los animales? Pues Ricardo no sólo sabía de eso, sino que también preparaba posturas propias y proyectos con el tema. Entre esos proyectos, y claramente de manera no planificada, nace Walka.
Ricardo conoce a Claudia Betancourt, quien es justamente una orfebre de formación y oficio, cuyo arte familiar fusiona la problemática del derecho animal con el arte contemporáneo y con la estética corporal.
¿Coincidencia? No lo creo así. Creo más bien que el interés de Ricardo Nano Pulgar por cultivar y difundir el tema del derecho animal y la pasión de Claudia por proseguir con la tradición familiar orfebre de la cual es depositaria, hicieron que estos creadores encontraran una oportunidad para materializar sus convicciones en lo que la vida les pusiera adelante.
Y la vida los puso al uno frente al otro. Y ellos transformaron esta circunstancia en un escenario ideal para la consecución de sus propósitos profesionales. Y entre medio de todo esto, felizmente, se emparejaron.
Materialidad y concepto Walka
Walka trabaja el cuerno de buey y también el cuero peludo de vaca, en algunas de sus creaciones. Estos materiales son residuos de la actividad de mataderos chilenos, desde donde son colectados por los orfebres de Walka. Estos desechos orgánicos presentes en las joyas Walka están simbolizando la postura de sus artistas creadores contra la matanza dolorosa de los animales y contra la no consideración del animal como ser viviente, merecedor de condiciones de vida y de muerte adecuadas para su desarrollo y para preservación de su integridad física. En definitiva, los residuos animales presentes en las joyas Walka son testimonio material de la postura ética - filosófica de quienes las moldearon con sus manos. Creo que esto no se puede decir de muchas joyas en el mundo. Creo que elevar a calidad de adorno corporal los ideales ecológicos en los cuales se cree es un traspaso brillante, cargado de astucia y de funcionalidad.
Haré una comparación con la orfebrería pre-colombina para aclarar la idea recién expuesta: los indígenas que habitaban el actual territorio de Colombia, en particular la cultura conocida como Tairona, desarrollaron la orfebrería en oro de manera particularmente bella y acabada. La mitología de los Tairona, así como muchas otras culturas precolombinas desarrolladas en esa área cultural, tenía como máxima deidad al Sol, de quien emanaba directamente este metal. Debido al color de este metal, el trabajo que se hiciera con él, así como el uso del oro sobre el cuerpo humano, no era sino la rendición de un tributo físico y material a esta deidad, así como la expresión del individuo de su adherencia al culto del Dios Sol.
El precioso trabajo en oro de la orfebrería de la cultura Veraguas (actual territorio de Colombia) valió más por lo que significó tanto para sus fabricantes y como para sus portadores que en cuanto a su valor económico. De hecho, hasta la actualidad no se le conoce valor comercial alguno al oro en las culturas precolombinas. No fue ocupado como medio de cambio ni significó riqueza de tipo material para nuestros antepasados precolombinos. Por esto, era el valor religioso adjudicado al oro lo que lo hacía un material codiciado por los indígenas precolombinos. Económicamente, el oro no acrecentaba el poder de quienes lo poseían sino que más bien enaltecía el grado de conectividad con la divinidad de quienes lo portaban en sus cuerpos en forma de bellos accesorios.
Del mismo modo, las joyas Walka están hechas con un material cuyo contenido histórico y simbólico supera su valor material y – por qué no decirlo – su valor de mercado. El cuerno de buey, el cuero de vaca y los demás materiales presentes en otras series de joyas creadas por Walka, son manifestación de los pilares filosóficos en que el concepto Walka está fundado. Así lo expresa Nano Pulgar: "Sustentabilidad material y sustentabilidad cultural van de la mano en nuestro trabajo, el cual no puede desprenderse de ninguno de estos dos ideales. Sustentabilidad material en cuanto al reciclaje y exaltación de materiales aparentemente en desuso. Sustentabilidad cultural en cuanto a la expresión de valores y características pertenecientes a la cultura en la cual estamos insertos, como lo son el cuidado de los animales y la diversidad y preservación de la autenticidad cultural versus la inevitable globalización".
Los invito a que visiten el sitio de Walka: www.walka.cl y a que disfruten de la estética de joyas y de animales.
Imágenes: www.walka.cl y www.precolombino.cl
Referencias: www.walka.cl, www.precolombino.cl y entrevista con los artistas orfebres del taller WALKA.
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